Qué son las aguas subterráneas y cómo se forman

Las aguas subterráneas son aguas que están bajo el suelo. Son recursos naturales estrechamente vinculados a las características intrínsecas de las rocas y las fuentes de alimentación que permiten el abastecimiento de los acuíferos que las albergan. También desempeñan un importante papel como precursoras de diversos procesos geológicos, como la movilización de elementos químicos capaces de reaccionar con otros materiales y crear yacimientos de potencial interés económico. Ya sea por una estructura permeable dentro de la propia roca o la presencia de facturas que permiten la circulación del agua, la infiltración de esta a través de los materiales litológicos y su posterior acumulación acarrea la formación de grandes masas de este elemento bajo tierra.

Estas aguas provienen de la infiltración de la lluvia, el deshielo, la disociación de la fase acuosa durante la diferenciación magmática y otros procesos de deshidratación como los sufridos por las fases minerales hidratadas. No obstante, los procesos de alimentación de las aguas subterráneas se concentran en los dos primeros mecanismos. Como es lógico, las aguas del subsuelo desarrollan diferentes quimismos en función de la mezcla de diversas aguas y la transición de estas a través de rocas con diferentes composiciones y grados de solubilidad.

Aunque existen diversos mecanismos de abastecimiento de las aguas subterráneas, el proceso de infiltración de agua superficial es, con diferencia, la principal fuente de alimentación de los acuíferos. Estás son algunas de las condiciones de este proceso y el proceso en sí:

• Cuando el agua de las precipitaciones u otros elementos, como los glaciares, pasan a la fase líquida discurren por la superficie terrestre hasta que el terreno es propicio para iniciar el camino hacia el subsuelo.
• Los primeros obstáculos que hay son la configuración del terreno, las características del suelo y el clima.
• Dado que el proceso de infiltración es lento, los terrenos con elevadas pendientes no concentran altas tasas de percolación. Por el contrario, los terrenos llanos permiten que el agua se introduzca mejor a través de las grietas del suelo debido a su movimiento lento.
• A su vez, las condiciones del suelo, como la sobresaturación, impiden al terreno absorber cantidades importantes de agua, por lo que permanece en la superficie de manera estacional o permanente en forma de ríos, lagos u otras formaciones hídricas.
• Como puede intuirse, la vegetación también desarrolla un papel importante en la formación de agua subterránea, dificultando su infiltración en zonas densamente vegetadas.
• El clima superpone a lo anterior un papel crucial al ser responsable directo de las precipitaciones.
• A nivel geológico, es necesario contar con un material resquebrajado o permeable que permita el descenso del agua a través de las rocas. Por tanto, terrenos muy competentes, como los granitos, no albergaran cantidades significativas de agua subterránea, como si sucederá con los carbonatos, mucho más susceptibles a la meteorización y a la disolución. En términos generales, la velocidad de la infiltración del agua depende de la porosidad y la permeabilidad del suelo y las rocas subyacentes. Aquí puedes aprender más sobre la Meteorización o intemperismo: qué es, tipos y ejemplos.
• Con el tiempo, el agua se mueve a través del subsuelo, un proceso conocido como percolación, y alcanza una capa impermeable donde se acumula formando un acuífero que tarda años en abastecerse en función de las condiciones del medio. Estas aguas subterráneas pueden cambiar su quimismo en función de los materiales o elementos con los que entren en contacto, al mismo tiempo que determina la dinámica de los flujos subterráneos y superficiales.

Existen distintos tipos de aguas subterráneas,clasificadas generalmente según su profundidad y tipo de acuífero que las contiene. A este respecto, los acuíferos pueden ser de dos tipos:

Acuíferos confinados

El agua se encuentra entre capas impermeables, lo que puede crear presión y dar lugar a pozos artesianos donde el agua asciende sin necesidad de bombeo.

Acuíferos no confinados

También llamados freáticos, están solo parcialmente llenos de agua, por lo que se necesita bombearlos alcanzando, en primer lugar, su nivel superior, conocido como nivel freático. Por tanto, dependiendo de las características de los materiales que conformen el acuífero podemos tener diferentes grados de confinamiento y niveles de presión que determinarán el mecanismo de extracción. Aquí puedes aprender más sobre el Nivel freático: qué es, dónde está y cómo se mide.

Conoce mejor los diferentes Tipos de acuíferos en este otro articulo.

Las aguas subterráneas se pueden encontrar prácticamente en cualquier lugar donde la permeabilidad de la tierra permita la infiltración y acumulación de agua. Los acuíferos están distribuidos de manera irregular a lo largo del planeta, siendo más abundantes en regiones con suficiente precipitación y geología adecuada. Áreas con grandes sistemas de acuíferos incluyen regiones como el Gran Acuífero Ogallala, en Norteamérica, o el Sistema Acuífero Guaraní, en Sudamérica.

En España las regiones geológicas ricas en carbonatos y rocas sedimentarias con elevada permeabilidad incluidas entre capas impermeables y un moderado aporte hídrico desarrollan acuíferos lo bastante imponentes para sustentar grandes núcleos de población. Este es el caso de las Tablas de Daimiel, Doñana y Los Arenales. Por supuesto, aquellas extensiones planas de terreno limitadas por imponentes serranías, como son las cuencas sedimentarias, también son lugares idóneos para la acumulación de aguas subterráneas.

El agua subterránea es vital para la sostenibilidad de los ecosistemas y las comunidades humanas. Es una fuente crucial de agua potable y se utiliza ampliamente en la agricultura y la industria, ya que ofrece un abastecimiento y calidad hídrica muy superior a las del agua superficial. Además, los acuíferos actúan como reguladores naturales del flujo de agua, manteniendo caudales de ríos y humedales durante períodos de sequía.

La gestión adecuada de los acuíferos subterráneos es fundamental para garantizar la disponibilidad de agua dulce para las generaciones futuras y el mantenimiento de los ecosistemas.

Como ya conoces mejor las aguas subterráneas, te animamos a leer sobre la Sobreexplotación del agua: qué es, causas y consecuencias.

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