Deslizamientos de tierra: qué son, causas y consecuencias

Un deslizamiento de tierra es un acontecimiento en el que un cuerpo masivo de rocas y escombros se desestabilizan del terreno colindante discurriendo por las depresiones del relieve. Estos procesos ocurren cuando se produce una inestabilidad estructural, por la que los materiales rocosos a priori estables experimentan un balance desfavorable. Este desequilibrio vulnera la resistencia de las rocas que, sumadas a la acción gravitatoria, caen ladera abajo destruyendo todo a su paso.

Por tanto, se trata de eventos geomorfológicos que dejan una profunda huella en el paisaje y que se localizan en zonas de relieves abruptos como montañas, taludes o acantilados. En función de su cercanía con núcleos urbanos, la magnitud e intensidad de los desprendimientos de tierra varían de uno a otro. Suelen localizarse en cordilleras jóvenes, donde los materiales no están fuertemente cohesionados y los movimientos tectónicos favorecen su formación.

Normalmente, los desprendimientos de tierra se usan para referirse a aquellos deslizamientos donde el cambio de posición del bloque ocurre en caída libre. No obstante, en este texto se usará como sinónimo de deslizamiento de tierra. La capacidad destructiva de eventos dependerá de su peligrosidad, cuantificada por el impacto negativo que un deslizamiento de tierra puede provocar en lugares poblados.

Por consiguiente, los desprendimientos de tierra se consideran riesgos geológicos cuando comprometen la integridad y seguridad de una comunidad. De lo contrario, se trata de eventos naturales que pueden potenciar la aparición de otros fenómenos geológicos, como el tsunami de Alaska de 1958.

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Las causas habituales por las que se producen los deslizamientos de tierra son: terremotos, clima, incendios forestales, meteorización, erosión y volcanes. Como puede verse, los deslizamientos de tierra no son restrictivos de un único ambiente, sin embargo, hay una serie de factores que incrementan las posibilidades de que se produzcan. En este aspecto pueden diferenciarse: los factores determinantes, aquellos relacionados con la inestabilidad del complejo rocoso; y los factores activadores, los cuales potencian la puesta en marcha del suceso.

Factores determinantes

Se refieren a las características del terreno y a su disposición. Aquí entrarían consideraciones como la pendiente, elevación, orientación y forma de la ladera. Dado que se trata de un proceso gravitacional, una mayor pendiente favorece la formación de desprendimientos de tierra. La orientación de la ladera determina la disposición de elementos naturales como la incidencia solar (zonas de umbría más húmedas e inestables) y la erosión eólica capaces de desestabilizar el terreno.

Por otra parte, la disposición geométrica de la ladera también influye en como los elementos naturales (clima) afectan al complejo rocoso y lo hace a diferentes escalas. Por ejemplo, los complejos rocosos dispuestos en estratos a favor de la pendiente actúan como planos de rotura. Aquí, los movimientos de cizalla impulsados por la gravedad actúan como un tobogán, haciendo que los bloques sueltos se deslicen y caigan ladera abajo. Por su parte, los terremotos y volcanes provocan vibraciones del terreno, desestabilizándolo e iniciando el desprendimiento.

Factores activadores o desencadenantes

Son aquellos que aumentan las probabilidades de producir un desprendimiento de tierra. Estas variables pueden centrarse en la relación de aspectos como densidad, masa y volumen, la naturaleza geológica de la roca, el grado de meteorización, la fricción o el efecto de la presión de agua.

Estos elementos afectan directamente a la integridad del complejo. Por ejemplo, la presión de agua disminuye el coeficiente de fricción de la roca, propiciando que el deslizamiento encuentre menos resistencia. Mientras, algunos tipos de rocas poseen una estabilidad estructural muy baja, como ocurre con las pizarras o los esquistos, cuya foliación las vuelve más inestables que otras rocas más masivas como los basaltos.

Las consecuencias de los deslizamientos y los desprendimientos de tierra son muy variables dependiendo del lugar en el que ocurran y las poblaciones a las que afecten. En primer lugar, modifican sustancialmente el relieve, produciendo socavones de importantes proporciones y movilizando grandes cantidades de material. El sismo que propició el deslizamiento de tierra en 1958 en la bahía de Lituya estaba formado por un complejo de 30 millones de m³ de tierra y roca, provocando cambios muy significativos y catastróficos en los relieves colindantes.

En las poblaciones, los deslizamientos de tierra no solo destruyen las infraestructuras. Las coladas de barro que las acompañan atascan el sistema de alcantarillado, lo que impide el saneamiento de las instalaciones y la proliferación de enfermedades. Los traumatismos que la propia colada de barro provoca, al arrastrar fragmentos de roca, son un problema que se suma a la solidificación del barro.

En las laderas del volcán Pichincha (Ecuador), los deslizamientos de tierra afectaron a las localidades de La Gasca y La Comuna, dejando algunas personas sepultadas por el barro. Por supuesto, un evento catastrófico como un desprendimiento de tierra es un peligro que conlleva la destrucción de hábitats y la pérdida de vidas humanas.

Para prevenir un desprendimiento de tierra es necesario atacar a los factores que lo provocan y actuar en caso de que la previsión no sea efectiva. También es interesante evitar vivir en zonas de alto riesgo como límites de ladera o depresiones del terreno como ríos o vaguadas.

Dado que la presencia de agua y la erosión son desencadenantes importantes en un deslizamiento de tierra, habilitar un buen sistema de drenaje del terreno o la repoblación vegetal de los montes son métodos eficaces para fijar el material. Por otra parte, estos sucesos inician su movimiento poco a poco hasta que el efecto se traslada a una escala mayor y mueve todo el complejo. Por tanto, habilitar sismógrafos o aparatos de medición del desplazamiento son medidas eficaces para identificar zonas de riesgo e iniciar con tiempo un proceso de evacuación. Así mismo, construir muros de contención o terrazas pueden mitigar el efecto y contribuir a la estabilidad del relieve.

A nivel personal, evitar y estar atento a las señales es una forma excelente de prevenir el riesgo. En terrenos muy fracturados, con escombros acumulados y árboles inclinados en una dirección, es probable que se produzca un deslizamiento de tierra.

Ahora que ya sabes qué son los deslizamientos de tierra, sus causas y sus consecuencias, también te puede interesar las Diferencias entre sismos, temblores y terremotos y la DANA o gota fría: qué es, cómo se forma y consecuencias.

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