Pliegues geológicos: qué son, partes y tipos

Los pliegues geológicos son estructuras formadas por la deformación dúctil de las capas de roca de la corteza terrestre debido a las fuerzas tectónicas. Estas fuerzas, que actúan a lo largo de millones de años, provocan que las rocas, inicialmente horizontales, se doblen y formen ondas. Los pliegues son una muestra de los efectos que puede provocar la dinámica interna de la Tierra durante un tiempo prolongado en materiales aparentemente invariables. Este fenómeno nos proporciona información valiosa sobre los procesos geológicos que han afectado a una región determinada.

La formación de pliegues se asocia principalmente a la compresión tectónica, que ocurre cuando las placas tectónicas convergen. Las rocas sedimentarias, debido a su naturaleza estratificada y a menudo más dúctil en comparación con las rocas ígneas o metamórficas, son especialmente susceptibles a plegarse. No obstante, cualquier tipo de roca puede formar pliegues bajo las condiciones adecuadas de presión y temperatura.

La observación directa de los pliegues superficiales y las técnicas de prospección geofísica revelan la estructura de plegamiento de una región, a través de la cual se pueden inferir la relación de los esfuerzos que han promovido su formación. Gracias a ello, es posible realizar construcciones sólidas en zonas tectónicamente plegadas o garantizar una explotación minera eficaz sabiendo de antemano como se desarrollan las secuencias de plegamiento en profundidad.

Como es lógico, la capacidad de plegamiento de las capas rocosas irá en función de las propiedades reológicas del material y la intensidad y dirección de los esfuerzos. Por tanto, los materiales más cristalizados necesitarán unas condiciones de presión y temperatura mayor para mostrar pliegues que las rocas sedimentarias, aun con la misma actividad tectónica.

Además, otros elementos como el agua pueden rebajar el punto de fusión de una roca y, por ende, el límite a partir del cual sufre una deformación de carácter dúctil. Por tanto, ciertos elementos externos deberán tenerse en cuenta para descubrir el proceso de deformación que ha dado lugar a la cadena de plegamiento en cuestión.

Un pliegue se compone de varias partes fundamentales que definen su estructura y geometría y que permiten a los geólogos referirse a puntos concretos sin perderse en demasiados términos:

• Línea de charnela: es la línea de máxima curvatura de un pliegue. En un anticlinal, la charnela es el punto más alto de la curvatura. Mientras, la charnela de un sinclinal corresponde al punto más bajo de un estrato. Se debe tener en cuenta que los pliegues en determinadas zonas pueden estar interferidos por otras secuencias de plegamiento o las series invertidas por una intensa actividad tectónica. Por tanto, las afirmaciones en cuanto a la charnela de anticlinales y sinclinales deben comprobarse con la serie siguiendo la horizontal, eliminando su posible inclinación o buzamiento.
• Eje del pliegue: es una línea imaginaria que atraviesa el punto de mayor curvatura de la charnela y se extiende a lo largo del pliegue. Aunque no tiene localización, poseen orientación. Además, en los pliegues cilíndricos coincide con la línea de la charnela.
• Plano axial: es el plano que divide el pliegue en dos mitades simétricas. Pasa a través del eje del pliegue y puede ser vertical, inclinado o incluso horizontal, dependiendo de la geometría del pliegue. Este plano axial contiene las líneas de charnela de todos los estratos que conforman el pliegue. Es importante recordar que, aunque todas las rocas pueden plegarse en las condiciones termodinámicas adecuadas, la existencia de series estratificadas permite detectar el pliegue. Por esa razón, las partes del pliegue se referencian en muchas ocasiones con estas estructuras.
• Flancos: partes laterales del pliegue que se extienden a un lado y otro de la línea de charnela. De esta manera, se pueden identificar dos flancos en cada pliegue, los cuales pueden ser simétricos o asimétricos.
• Vergencia: se refiere a la dirección hacia la cual el pliegue se inclina o desplaza. La vergencia es importante para entender la orientación y el movimiento de los pliegues dentro del contexto tectónico.

Estos datos servirán para definir los pliegues desde una perspectiva geométrica, es decir, de representación en el espacio. No obstante, no nos permiten distinguir entre pliegues anticlinales y sinclinales con la misma inclinación. Por esa razón, hacen falta datos adicionales para separar unos de otros sin errar en las interpretaciones.

Existen varios tipos de pliegues geológicos, clasificados según su forma, tamaño y la orientación de sus partes. A continuación, se describen los tipos más comunes:

• Anticlinales y sinclinales: los anticlinales son pliegues en forma de arco hacia arriba, donde las capas más antiguas se encuentran en el núcleo del pliegue. Los sinclinales, por el contrario, son pliegues en forma de arco hacia abajo, con las capas más jóvenes en el núcleo.
• Pliegues isoclinales: son pliegues en los que los flancos son paralelos entre sí. Este tipo de pliegue se forma bajo condiciones de compresión intensa y uniforme.
• Pliegues simétricos y asimétricos: Los pliegues simétricos tienen flancos de igual longitud y ángulo de inclinación. Los pliegues asimétricos tienen flancos de diferentes longitudes y ángulos, indicando una deformación más compleja.
• Pliegues tumbados: estos pliegues tienen un plano axial casi horizontal, lo que hace que el pliegue parezca acostado. También llamados recumbentes se forman bajo condiciones de deformación extrema, donde las fuerzas tectónicas son muy fuertes.
• Pliegues en chevron: caracterizados por tener flancos rectos y charnelas muy angulares, los pliegues en chevron se asemejan a la letra V. Estos pliegues indican una deformación de alta intensidad.
• Domos y cuencas: los domos son estructuras en las que las capas de roca se curvan hacia arriba en todas direcciones, formando una forma de cúpula. Las cuencas son lo opuesto, con las capas curvándose hacia abajo en todas direcciones, formando una depresión.
• Pliegues en antiformal y sinformal: los pliegues antiformal y sinformal se refieren a la forma geométrica del pliegue sin considerar la edad de las capas. Un pliegue antiformal tiene una forma arqueada hacia arriba, mientras que un pliegue sinformal se arquea hacia abajo.

Aunque esta clasificación es la más utilizada, existen otras clasificaciones que nos hablan de la relación de las cadenas de plegamientos con otras estructuras como los cabalgamientos y las fallas. Este es el caso de los pliegues de propagación de falla o los pliegues despegados. Al final, las clasificaciones es una manera de resumir la complejidad de la realidad de cara a una perspectiva de estudio concreta, por lo que dependen de ella.

Ahora que ya sabes qué son los pliegues geológicos, también te puede interesar leer este post sobre Qué es la orogénesis y sus tipos.

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