Cuándo y cómo se formará el supercontinente Amasia

Amasia es un término utilizado por los geólogos para referirse al posible próximo supercontinente que se formará en la Tierra. Un supercontinente es una gran masa de tierra que agrupa la mayor parte de los continentes actuales en una única unidad a causa de la actividad tectónica.

En la historia geológica, se han identificado varios supercontinentes que existieron en el pasado, como Pangea, Rodinia y Nuna, que se formaron y se fragmentaron a lo largo de millones de años debido a los procesos incluidos en la tectónica de placas. Este fenómeno cíclico se conoce como el ciclo de Wilson que establece las etapas de crecimiento y destrucción de esta macroformación. Puedes ampliar esta información con este otro artículo sobre el Ciclo de Wilson: qué es y etapas.

El concepto de Amasia se apoya en el modelo de extraversión a través del cual los fragmentos continentales tienden a extenderse, mientras que las cuencas oceánicas que se cierran serían las que ya estaban alrededor del anterior supercontinente.

De esta manera, la ubicación de Amasia estaría en un lugar diferente al que ocupó Pangea cerrando el pacífico norte y acercando Norteamérica y Asia. Los científicos creen que este será un gran desierto con fuertes tormentas en sus costas y un turbulento e inmenso océano.

Dada la implicación de las placas tectónicas en la superficie terrestre y su movimiento sobre la astenosfera, una capa más plástica del manto terrestre, será necesario indagar sobre el comportamiento del manto, las plumas mantélicas y los procesos de circulación en esta región para comprender la dinámica y formación de Amasia.

La formación de Amasia es un evento geológico que se proyecta a dentro de aproximadamente 200 a 300 millones de años en el futuro. Las pautas cíclicas que siguen los supercontinentes tienen en términos genéricos una duración de 750 millones de años, en el que los tiempos se repartirían en 500 Ma para el proceso de acreción y 250 Ma para la dispersión.

Sin embargo, Pangea, el último supercontinente, comenzó a fragmentarse hace unos 200 millones de años, lo que sugiere que la formación de un nuevo supercontinente se ha acortado, dando pie a la posibilidad de que la formación de Amasia ya esté en marcha.

Sobre lo que sí se ha llevado a un consenso general es que la creación de orógenos no es un proceso constante. En su lugar, existen intervalos de tiempo donde la actividad se ha intensificado y otros donde se ha gozado de una relativa calma tectónica con intervalos de 400-500 Ma.

Por tanto, este proceso es extremadamente complejo y lento, en el cual la velocidad de desplazamiento de las placas tectónicas puede variar, siendo del orden de centímetros por año. Los modelos geodinámicos y simulaciones por computadora sugieren que el movimiento de las placas llevará a la eventual convergencia de los continentes actuales, dando lugar a la formación de Amasia.

Como se intuye, la exactitud de estas proyecciones está sujeta a las complejidades inherentes del comportamiento de las placas y la influencia de factores como la convección del manto, entre otros.

El lugar donde se formará Amasia ha sido objeto de debate entre los geólogos. Hay varias hipótesis que intentan predecir la ubicación del futuro supercontinente.

• Una de las más aceptadas sugiere que Amasia se formará donde se encontraba el supercontinente anterior, Pangea, en el hemisferio norte. Un proceso llevado a cabo gracias al modelo de la introversión. La introversión defiende que la rotura de los continentes abre cuencas oceánicas cuya expansión aleja los fragmentos continentales creados. En una etapa posterior, se produciría una inversión tectónica que volvería a unir las placas conservando así la ubicación previa.
• Como ya se ha mencionado, la hipótesis de la extroversión plantea que los continentes se moverán hacia el hemisferio opuesto, en dirección al ecuador, uniendo África, América del Sur y Australia en torno al océano Pacífico, cerrando el océano Atlántico. Amasia se formaría en una ubicación más ecuatorial, cerca del actual océano Pacífico.

Junto a esta se manejan otras posibles hipótesis como la creación de Novapangea o Aurica. A pesar de las diferencias entre estas hipótesis, todas coinciden en la existencia de ese supercontinente. La ubicación exacta depende de la evolución futura del movimiento de las placas tectónicas, que sigue siendo un área activa y compleja de investigación geológica.

El proceso de formación de Amasia es un fenómeno complejo que involucra múltiples procesos geológicos. Para comprender cómo se formará Amasia, es esencial analizar los movimientos actuales de las placas y los patrones históricos de formación de supercontinentes.

1. Movimientos de placas actuales

Actualmente, América del Norte se está desplazando hacia el oeste, mientras que Asia se mueve hacia el este. El océano Atlántico se está ensanchando, mientras que el océano Pacífico se está reduciendo. Estos movimientos sugieren que, en el futuro, el océano Atlántico podría cerrarse, lo que facilitaría la convergencia de América del Norte y Europa.

2. Cierre de océanos

A lo largo de la historia geológica, el cierre de océanos ha sido un precursor clave en la formación de supercontinentes. En el caso de Amasia, se espera que los océanos Ártico y Atlántico se cierren a medida que América del Norte, Asia y Europa se acerquen. Este cierre podría provocar la subducción de las placas oceánicas debajo de las placas continentales, un proceso que reduce la extensión del océano y facilita la colisión de continentes.

3. Colisión continental

A medida que los océanos se cierran, los continentes comienzan a colisionar, produciéndose diversas orogenias. Este proceso da lugar a la formación de cadenas montañosas y a la fusión de los continentes. En el caso de Amasia, se espera que continentes como América del Norte, Asia y Europa colisionen primero, seguidos por otros continentes como África y Oceanía.

4. Integración final

Este proceso culminará con la unión de la mayor parte de los continentes en una única masa terrestre, rodeada por un océano global. Este nuevo supercontinente, como Pangea antes de él, modificará significativamente el clima, la biodiversidad y la geografía del planeta.

La formación de Amasia es un proceso inevitable en la evolución geológica de la Tierra, impulsado por la continua actividad tectónica. Aunque la exactitud de las predicciones es limitada por la complejidad de los procesos involucrados, los estudios al respecto sugieren que la existencia de esta estructura es más real que ficticia.

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