Tipos de meteoritos

Condritas, meteoritos primitivos o no fundidos

• Condritas carbonáceas: son meteoritos ricos en carbono y agua, y contienen compuestos orgánicos complejos, como aminoácidos, azúcares y otros precursores de la vida. Se cree que provienen de asteroides primitivos que nunca se han calentado significativamente desde su formación.
• Condritas ordinarias: son meteoritos rocosos que representan alrededor del 85% de todos los meteoritos encontrados en la Tierra. En su composición presentan hierro y otros minerales como olivina. Las condritas ordinarias proporcionan información valiosa sobre la composición de los asteroides y la evolución temprana del sistema solar.
• Condritas enstatitas: son un tipo raro de condritas que contienen altas concentraciones de enstatita, un mineral de silicato de magnesio y hierro. Se cree que se formaron en regiones del sistema solar interior donde las temperaturas eran lo suficientemente altas como para evaporar los elementos volátiles, pero no lo suficientemente altas como para fundir el material rocoso. Las condritas enstatitas son importantes porque proporcionan información sobre las condiciones en el sistema solar temprano y los procesos de formación de los asteroides.

Diferenciados o fundidos

• Acondritas: son meteoritos rocosos que se asemejan a las rocas ígneas. A diferencia de las condritas, las acondritas muestran signos de metamorfismo y recristalización, lo que sugiere que han sufrido procesos geológicos más intensos en sus cuerpos progenitores.
• Meteoritos metálicos: están compuestos principalmente de hierro y níquel, con trazas de otros elementos metálicos como cobalto y oro. Son densos y suelen tener una superficie característica pulida o rugosa debido a la fusión durante su entrada a la atmósfera terrestre.
• Meteoritos rocosos-metálicos: son una mezcla de materiales rocosos y metálicos. Suelen estar compuestos por una matriz rocosa con incrustaciones de nódulos metálicos.

Los meteoritos se pueden clasificar según su grado de meteorización, es decir, el grado en el que han sido alterados por procesos químicos y físicos después de su impacto en la Tierra. Se distinguen tres categorías principales:

• Meteoritos no meteorizados: estos meteoritos muestran poco o ningún signo de meteorización. Conservan características originales como la corteza de fusión, la textura de la superficie y la composición química relativamente intacta, con lo cual proporcionan una visión precisa de las condiciones y la composición del espacio exterior.
• Meteoritos moderadamente meteorizados: muestran signos de meteorización, como la oxidación de minerales metálicos, la descomposición de minerales silicatados y la alteración de la textura de la superficie.
• Meteoritos altamente meteorizados: han experimentado una meteorización significativa y muestran signos de alteración extensa. Pueden haber perdido parte de su corteza de fusión, sufrido cambios en su composición química y mineralógica, y tener una textura superficial muy alterada.

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Los meteoritos también pueden clasificarse según su grado de metamorfismo de choque, que se refiere a la alteración que experimentan debido a la presión y el calor extremo generado por el impacto con la superficie de la Tierra u otros cuerpos celestes. Existen tres categorías principales:

• Meteoritos no metamorfizados por choque: muestran poco o ningún signo de metamorfismo causado por el impacto. Conservan características como la estructura original del grano y la mineralogía. Se consideran relativamente prístinos en términos de su composición y estructura original.
• Meteoritos moderadamente metamorfizados por choque: han experimentado cierto grado de metamorfismo causado por el impacto, pero conservan algunas de sus características originales. Pueden mostrar signos de deformación en los granos minerales y cambios en la textura de la roca, así como la presencia de características de choque como planos de deformación.
• Meteoritos altamente metamorfizados por choque: han experimentado un metamorfismo significativo debido al impacto, lo que resulta en cambios drásticos en su estructura y composición. Pueden mostrar una deformación extrema de los granos minerales, la formación de nuevas fases minerales, la fusión parcial o total de la roca y la presencia de características de choque prominentes como vetas de fundido, brechas de impacto y diques de impacto.

Meteoritos metálicos

Los meteoritos metálicos están compuestos principalmente de hierro y níquel, con trazas de otros elementos metálicos. Estos meteoritos se forman en el núcleo metálico de asteroides que han experimentado procesos de diferenciación, donde el hierro y el níquel se separan del material rocoso y se concentran en el centro. Se pueden clasificar en diferentes grupos según la estructura interna y la composición química.

Meteoritos rocosos

Los meteoritos rocosos, también conocidos como condritas, están compuestos principalmente de silicatos y otros minerales rocosos. Son los meteoritos más comunes y representan aproximadamente el 85% de todos los meteoritos encontrados en la Tierra. Los meteoritos rocosos son primitivos y proporcionan información valiosa sobre la composición y la historia temprana del sistema solar. Se clasifican en varios grupos según su mineralogía y composición química.

Meteoritos metálico-rocosos

Los meteoritos metálico-rocosos son una mezcla de materiales metálicos y rocosos. Suelen estar compuestos por una matriz rocosa con incrustaciones de nódulos metálicos. Los meteoritos metálico-rocosos se clasifican en diferentes grupos según la proporción de materiales rocosos y metálicos, así como la presencia de minerales específicos. Por ejemplo, los mesosideritos son meteoritos metálico-rocosos que contienen una proporción igual de metal y material rocoso, mientras que las pallasitas son meteoritos que contienen cristales de olivino incrustados en una matriz metálica.

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