Río Colorado

El río Colorado brota en la región de las Montañas Rocosas, específicamente en el paso de montaña conocido como La poudre pass, en donde el río comienza como un arroyo en medio de una pequeña pradera húmeda. El sitio se halla en el centro-norte del estado de Colorado, y a partir de ahí comienza a fluir hacia el suroeste a través de Utah, Arizona, Nevada, California , Baja California y Sonora; estos dos últimos en México. En total, recorre unos 2,334 kilómetros hasta su desembocadura en el mar de Cortés y drena una cuenca de aproximadamente 637,137 km2, (incluyendo parte de Wyoming y Nuevo México) lo que representa un 7 por ciento de la superficie de Estados Unidos.

El curso del río es sinuoso, y tiene el efecto de socavar el terreno por el que pasa y crear meandros y cañones. Apenas 1.5 kilómetros a distancia de su fuente, creó el primero: el Gran Cañón de Yellowstone, poco profundo y de escasa anchura. Sin embargo, su curso medio pasa a través de profundos cañones, la mayoría con paredes escarpadas, y se ensancha a partir de su paso por las zonas desérticas del Valle Inferior del Río Colorado (Lower Colorado River Valley). Su curso inferior, desafortunadamente, fluye como un arroyo, a veces casi completamente seco, hacia el mar de Cortés. No obstante, su delta todavía es zona de hábitats de numerosas especies.

El río tiene más de 25 afluentes que le proveen un flujo continuo de agua. Algunos de los principales ríos que lo alimentan son el Green, el Gila, el San Juan, el Gunnison, el Azul, el Dolores, el Escalante y el Paria.

Este río es relativamente antiguo; todavía en el Cretácico parte de Norteamérica aún estaba bajo el océano Pacífico. El Colorado pudo comenzar como un arroyo que fluía hacia el suroeste, hasta que hace unos 5 millones de años quedó establecido su curso actual, con su desembocadura en el mar de Cortés. Toda la cuenca del río se desarrolló durante los últimos 40 millones de años.

El Gran Cañón del Colorado parece tener alrededor de 17 millones de años, pero gran parte del tallado se produjo durante los últimos 6 millones de años.

El río drena principalmente zonas áridas y semiáridas, pero solventa varias formas de vida adaptadas al entorno. En los desiertos, son las riberas del río las áreas más verdes. Algunos peces de la cuenca son el matalote jorobado (Xyrauchen texanus), el squaw del Colorado (Ptychocheilus lucius), el cachorrito del desierto (Cyprinodon macularius), el pez primavera blanco (Crenichthys baileyi), Gila elegans, Gila cypha, Catostomus insignis, Catostomus clarkii, Lepidomeda vittata y Rhinichthys osculus. Ptychocheilus lucius y Xyrauchen texanus son endémicos de la cuenca, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, al igual que los moluscos gasterópodos Fluminicola avernalis y Fluminicola merriami. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la cuenca alberga unas 14 especies endémicas de peces.

Además, la región es morada y zona de visita de especies no acuáticas, como el mosquero saucero (Empidonax traillii), un ave que anida en Norteamérica, así como coyotes, murciélagos, ranas, ratones, tortugas, salamandras y castores, entre muchos otros. El delta, por su parte, alberga garzas, somormujos y más aves acuáticas.

La flora está representada, en su mayor parte, por plantas bajas. Las riberas del río albergan pastos, y en el agua flotan o emergen plantas de los géneros Potamogeton y Typha. La cuenca entera contiene más especies, tales como la gobernadora (Larrea tridentata), el saguaro (Carnegiea gigantea), el árbol de Josué (Yucca brevifolia), la biznaga llavina (Mammillaria dioica), la tesota (Senegalia greggii) y el tabaquillo o palán palán (Nicotiana glauca). Las zonas desérticas carecen de árboles frondosos o plantas exuberantes; en su lugar crecen muchas cactáceas.

Desde antes de la llegada de los colonizadores, los pueblos nativos de la cuenca dependieron del río para obtener comida y bebida. Sin duda, la presencia del río es clave en una de las regiones más áridas de Norteamérica.

En la actualidad, parte del curso del Colorado está interrumpido por varias presas que desvían el agua; casi el 90 por ciento de dicha agua se usa para regar cultivos. Otra parte se utiliza para proveer agua potable a las poblaciones que circundan el río. Se calcula que el Colorado y sus afluentes suministran agua a cerca de 40 millones de personas y casi 5.5 millones de acres de tierra son irrigadas con su líquido.

Algunos lagos se han formado por efecto de las presas, y ahora son útiles para generar energía hidroeléctrica. La presa Hoover es la mayor de las generadoras de energía.

El río Colorado no pasa por su mejor momento. La contaminación, la extracción y desvío de agua y las especies introducidas que afectan a las nativas, degradan la cantidad y la calidad del líquido, destruyen hábitats y ocasionan la desaparición de muchos animales y plantas. Es una consecuencia del desarrollo de las ciudades, que, cada vez más pobladas, necesitan más recursos del río. Parte del curso, especialmente el inferior, está fuertemente alterado. De hecho, desde 1998 el río no fluye hacia el mar de Cortés, pero su delta permanece (aunque degradado).

Uno de los problemas que más preocupan en los últimos años es el aumento de la salinidad del agua, ya que, al evaporarse esta naturalmente y ser extraída o desviada, solo quedan sales.

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