Recursos minerales: qué son, tipos e importancia

Los recursos minerales son concentraciones de minerales presentes en la corteza terrestre que tienen un valor económico potencial para la humanidad. Estos yacimientos minerales ocupan proporciones muy pequeñas de la superficie terrestre de la Tierra, razón por la que se consideran anomalías geológicas. La imposibilidad de trasladar estas masificaciones minerales obliga que la actividad de investigación y extracción se desarrolle in situ. Se trata por tanto de materias primas esenciales con las cuales se construye las propias herramientas que sirven para mejorar su extracción y mejorar la vida de las personas.

Estos elementos metálicos y no metálicos son la base de lo que conocemos como minería, la cual consiste en la extracción y procesamiento de estos recursos para su uso en diversos sectores industriales. Estos elementos pueden dividirse en tres grandes categorías: minerales metálicos, minerales energéticos y minerales industriales. Estos grupos cuentan con una importancia mayúscula desde el inicio de la civilización humana. Como uno de los oficios más antiguos, los métales y otros recursos minerales han sustentado los avances científicos y sociales de las diversas civilizaciones, formando una parte indivisible de su historia.

Debido a su origen geológico, los recursos minerales de uno u otro tipo están firmemente ligados a los elementos y procesos imperantes en la geosfera. Por tanto, el conocimiento de cómo estos elementos naturales se vinculan con los procesos geológicos es fundamental para entender su proceso de formación, identificar los ambientes propicios para su desarrollo, comprender la disposición y características del yacimiento mineral, así como asegurar una extracción segura y respetuosa desde el punto de vista medioambiental. En las siguientes líneas aclararemos el proceso de formación de estas materias primas.

Aquí puedes conocer los Procesos geológicos internos y los Procesos geológicos externos.

El origen de los recursos minerales se encuentra en procesos geológicos complejos que ocurren tanto en la superficie como en el interior de nuestro planeta. Estos eventos incluyen el enfriamiento del magma, la precipitación de sustancias disueltas en soluciones acuosas, y la compresión de materia orgánica, entre otros, íntimamente relacionados con las propiedades fisicoquímicas de los materiales. Debido a su tasa de reciclaje y ordenamiento gravitatorio, los recursos minerales del núcleo son muy homogéneos comparados con los que subsisten en la superficie, pasando por estadios intermedios en cuanto a complejidad composicional se refiere si nos fijamos en los elementos del manto terrestre.

Por tanto, aquellos ambientes que reúnan las condiciones fisicoquímicas adecuadas tendrán elevadas probabilidades de desarrollar la concentración del elemento en una cantidad y calidad lo suficientemente significativa para explotarlo. Gracias a ello, existen una serie de ambientes más propicios que otros para concentrar determinadas sustancias y el conocimiento de la geología regional y local es el primer paso para delimitar las zonas más interesantes para encontrar ciertos recursos minerales.

Frente a la variabilidad de procesos geológicos internos y externos que favorecen la creación de yacimientos minerales, se encuentra el factor de enriquecimiento y el método de extracción. Nos referimos al grado de concentración del mineral en cuestión que depende de la tecnología disponible para su extracción, y de su interés económico en el mercado. Por ejemplo, recursos metálicos como el plomo y la plata están ligados a exhalaciones hidrotermales y procesos exógenos volcánicos. Mientras, otros metales como el cobre y el cromo pueden formarse por procesos de cristalización fraccionada durante la diferenciación magmática.

Como ya se ha comentado, es peligroso hablar de exclusividad cuando se trata de yacimientos minerales. Aun así, resulta evidente que un mineral enriquecido y extraíble tiene cierta afinidad hacia determinados ambientes de formación. Por ende, resulta muy útil clasificar los minerales con esas condiciones por la elevada probabilidad de acierto que suponen para la localización de yacimientos, ya sean minerales energéticos, metálicos o industriales.

Existen diversos tipos de recursos minerales, clasificados comúnmente en dos grandes grupos entre los que se incluyen los minerales metálicos, como el hierro, cobre y oro, y los minerales energéticos, que incluyen el carbón, el uranio y los hidrocarburos. Sin embargo, existe otro grupo que exponen utilidades y características fuera de estos grandes grupos, los minerales industriales. A continuación, se exponen un pequeño resumen de cada exponiendo sus características y aplicaciones:

• Minerales energéticos: son aquellos que, tras procesos como la combustión o la fisión, pueden producir energía suficiente para abastecer la demanda del mercado seleccionado. Un ejemplo de ello sería el uranio, elemento químico cuya fisión produce una reacción exotérmica de alta energía capaz de calentar el agua del sistema, activando las turbinas que posteriormente producen energía eléctrica. Esto lo convierte en uno de los minerales energéticos más usados por las centrales nucleares.
• Minerales metálicos: pese a otras propiedades específicas que puedan tener y que les hagan más adecuados para determinados roles, los minerales metálicos poseen una serie de características comunes. En general, son buenos conductores de la electricidad, son maleables y poseen un distintivo brillo debido al movimiento continuo de la nube de electrones de su superficie de un átomo a otro. Un ejemplo clásico sería la garnierita de la que se extrae el níquel muy utilizado en la industria cerámica, como catalizador y en la fabricación de baterías.
• Minerales industriales: son aquellos que pese a no tener propiedades metálicas poseen un interés económico y fabril lo suficientemente importante para justificar su extracción debido a sus propiedades físicas y químicas. Así los diamantes de calidad gema son muy demandados en la industria joyera. Por otro lado, este mismo mineral, en sus expresiones menos puras y cristalizadas, es usado en la maquinaria industrial de abrasión y corte por su enorme dureza.

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• Existen numerosos ejemplos de minerales metálicos que incluyen la hematita y la magnetita como fuentes muy importantes de hierro.
• En el caso de los minerales energéticos, tenemos el petróleo y el gas natural, fundamentales para la producción de energía. Estos recursos se encuentran en yacimientos que, una vez identificados, pueden ser explotados para su uso.
• Como minerales industriales tenemos el cuarzo, utilizado en la industria del vidrio, cerámica, como abrasivo, en joyería y en tecnología por su propiedad piezoeléctrica. Como es evidente, el mismo mineral puede usarse para numerosas aplicaciones.

De cualquier manera, no hay que olvidar los factores de concentración, tecnología de extracción y demanda/oferta en el mercado en cuanto a uso se refiere ya que la preferencia de uso de un mineral varía en función de estos.

Como se puede intuir los recursos minerales son vitales para el desarrollo económico y tecnológico. Los minerales metálicos son esenciales en la fabricación de maquinaria y estructuras, mientras que los minerales energéticos son cruciales para la generación de energía. Adicionalmente, los minerales industriales complementan la utilidad de los anteriores haciendo nuestra vida más fácil y placentera que nuestros antecesores.

Su imperante protagonismo en el día a día, justifica que su explotación deba ser gestionada de manera sostenible y rentable para asegurar su disponibilidad y accesibilidad a las poblaciones actuales y venideras.

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