Laurisilva: qué es, características, flora, fauna y ejemplos

La laurisilva es un tipo de bosque subtropical húmedo que se encuentra principalmente en las Islas Canarias, Madeira, Azores y en algunas regiones de la costa atlántica de África. Estos bosques son conocidos por su exuberante vegetación, dominada por árboles lauráceos, helechos, musgos y líquenes.

La laurisilva es un ecosistema único y diverso que alberga una amplia variedad de especies vegetales y animales, muchas de las cuales son endémicas de estas regiones. Además de su valor ecológico y biológico, la laurisilva también es importante culturalmente y a menudo es objeto de protección y conservación debido a su fragilidad y biodiversidad.

La laurisilva es un ecosistema único que presenta varias características distintivas:

• Clima de la laurisilva: la laurisilva se encuentra en regiones con un clima subtropical húmedo, caracterizado por temperaturas suaves y precipitaciones abundantes durante todo el año. Esta humedad constante es fundamental para el desarrollo de la densa vegetación que caracteriza a estos bosques. Aquí encontrarás más información sobre el Clima subtropical: qué es, características, flora y fauna.
• Vegetación exuberante: la laurisilva se caracteriza por una vegetación exuberante y densa, compuesta principalmente por árboles lauráceos, como el laurel (Laurus nobilis), el tilo (Ocotea foetens) y el barbusano (Apollonias barbujana). Además de los árboles, estos bosques albergan una gran diversidad de helechos, musgos, líquenes y otras plantas epifitas.
• Gran diversidad biológica: la laurisilva es conocida por su alta biodiversidad, albergando una amplia variedad de especies vegetales y animales. Muchas de estas especies son endémicas de las regiones donde se encuentra la laurisilva, lo que significa que se encuentran exclusivamente en estos bosques y no en ningún otro lugar del mundo.
• Suelos fértiles: los suelos de la laurisilva suelen ser fértiles y ricos en materia orgánica, gracias a la descomposición de la abundante vegetación. Esto crea un ambiente propicio para el crecimiento de una gran variedad de plantas y contribuye a la biodiversidad del ecosistema.
• Importancia cultural y paisajística: la laurisilva no solo tiene un valor ecológico y biológico significativo, sino que también es importante desde el punto de vista cultural y paisajístico. Estos bosques son a menudo considerados paisajes pintorescos y son apreciados por su belleza natural y su papel en la historia y la cultura de las regiones donde se encuentran.

La flora de la laurisilva es notablemente diversa y única, adaptada a las condiciones particulares de estos bosques subtropicales húmedos. A continuación, nombraremos algunas especies vegetales presentes en la laurisilva:

• Laurel (Laurus nobilis): es uno de los árboles más emblemáticos de la laurisilva.
• Tilo (Ocotea foetens): otro árbol dominante en la laurisilva.
• Culantrillo de pozo (Asplenium trichomanes) y Helecho real (Osmunda regalis): son dos especies de helechos de la laurisilva.
• Musgos y líquenes: son componentes importantes del ecosistema de la laurisilva, cubriendo rocas, troncos de árboles y suelo.
• Plantas epifitas: como especies de orquídeas y bromelias que crecen sobre otras plantas, pero sin parasitarlas.

Los bosques de laurisilva albergan una diversidad de vida animal adaptada a este entorno subtropical húmedo. Algunas de las especies de fauna más representativas incluyen:

• Aves endémicas: como el pinzón azul (Fringilla coelebs) en las Islas Canarias o el petrel de Madeira (Pterodroma madeira) en Madeira.
• Invertebrados: incluyendo mariposas, escarabajos, arañas, ciempiés, milpiés y crustáceos.
• Reptiles: según la ubicación geográfica de la laurisilva se pueden encontrar especies de lagartos endémicos, como el lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana) o el lagarto gigante de El Hierro (Gallotia simonyi).
• Anfibios: como sapos, ranas y salamandras.
• Mamíferos: como murciélagos, musarañas y ratones. En algunas laurisilvas, como la de Madeira, también se pueden encontrar especies introducidas como el ciervo rojo (Cervus elaphus).

Bosques de laurisilva de las Islas Canarias (España)

La laurisilva canaria es uno de los ejemplos más conocidos y mejor conservados de este tipo de bosque. Se encuentra principalmente en las islas de La Gomera, La Palma, Tenerife y El Hierro. La vegetación está dominada por árboles lauráceos como el laurel (Laurus nobilis), el tilo (Ocotea foetens) y el barbusano (Apollonias barbujana), este bosque exuberante crea un dosel verde denso y fresco. El Parque Nacional de Garajonay en La Gomera es especialmente famoso por su densa laurisilva y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Bosques de laurisilva de Madeira (Portugal)

Madeira alberga extensos bosques de laurisilva, que se extienden por las laderas montañosas de la isla. Está dominados por especies como el tilo (Ocotea foetens), el laurel (Laurus novocanariensis) y el brezo (Erica arborea). Además es el hábitat de aves endémicas, como el petrel de Madeira (Pterodroma madeira). Este valioso ecosistema se encuentra protegido por el Parque Natural de Madeira y ha sido designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Bosque de laurisilva valdiviana (Argentina - Chile)

La laurisilva valdiviana es un ecosistema único en el sur de Chile y Argentina, caracterizado por bosques subtropicales húmedos de hoja perenne. En este entorno, especies como el coigüe (Nothofagus dombeyi) y el laurel chileno (Laurelia sempervirens) dominan el dosel forestal, creando una densa vegetación. Estos bosques albergan una rica biodiversidad, incluyendo mamíferos como el pudú (Pudu puda).

Bosques de laurisilva en Oceanía

Australia, Nueva Caledonia y Nueva Zelanda albergan bosques de laurisilva, conocidos por su vegetación densa y diversa. En Australia, los bosques subtropicales de Queensland presentan especies como el laurel del monte (Cryptocarya spp.). En Nueva Caledonia, la laurisilva se encuentra en las montañas, con árboles como el kaori de Nueva Caledonia (Agathis montana). En Nueva Zelanda, se hallan en las islas del norte, con especies como el tawa (Beilschmiedia tawa). Estos ecosistemas son cruciales para la biodiversidad regional.

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