Tormenta solar o geomagnética: qué es y consecuencias

Una tormenta solar o tormenta geomagnética es un fenómeno natural que forma parte de la dinámica del Sol. Estas tormentas se producen cuando hay erupciones o explosiones en la superficie del Sol, liberando grandes cantidades de energía en forma de radiación electromagnética y partículas cargadas en el espacio. El material que desprende el Sol, viaja por el espacio y puede alcanzar la atmósfera terrestre.

El Sol pasa por ciclos regulares de actividad, conocidos como el ciclo solar. Durante el máximo solar, la actividad solar es mayor, y se producen más erupciones y manchas solares en la superficie del Sol.

• Erupción solar o fulguración: la tormenta solar comienza con una erupción en la superficie del Sol, también llamadas fulguración solar. Se trata de eventos explosivos, en los que se liberan grandes cantidades de energía en forma de radiación electromagnética y partículas cargadas.
• Eyección de masa coronal: durante una erupción solar, también puede ocurrir una eyección de masa coronal, que es una expulsión de una gran nube con partículas cargadas desde la corona solar hacia el espacio. Estas eyecciones pueden contener miles de millones de toneladas de material solar y viajan a velocidades de varios cientos de kilómetros por segundo.
• Llegada del viento solar a la Tierra: las partículas cargadas y el plasma de la eyección de masa coronal viajan por el espacio en forma de viento solar. Cuando estas partículas alcanzan la magnetosfera de la Tierra, interactúan con el campo magnético del planeta, produciendo fluctuaciones y distorsiones en la magnetosfera.

La escala de la intensidad de las tormentas solares comúnmente usada, fue desarrollada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). La misma presenta 5 rangos, según las fluctuaciones y distorsiones que pueda causar en la magnetosfera. De mayor a menor:

• G5 - extrema: gran actividad geomagnética. Posibles apagones en sistemas eléctricos y de comunicación. Auroras visibles a latitudes inusualmente bajas, incluso en regiones cercanas al ecuador.
• G4 - severa: actividad geomagnética activa. Se registran importantes desperfectos en sistemas energéticos, de comunicación y satélites. Las auroras visibles son en latitudes medias.
• G3 - fuerte: actividad geomagnética considerable. Se pueden registrar anomalías en los sistemas de energía y de comunicación. Las auroras pueden ser visibles en latitudes más bajas de lo normal.
• G2 - moderada: actividad geomagnética mesurada. Se pueden registrar desperfectos en sistemas de energía y satélites y auroras sobre latitudes altas.
• G1 - menor: actividad geomagnética leve, se registran pocas o ninguna afectación en la Tierra, se pueden observar auroras en los polos.

Las tormentas solares, especialmente las más intensas, pueden tener diversas consecuencias tanto en la Tierra como en los sistemas espaciales y tecnológicos. Si bien, algunas consecuencias las hemos revelado en apartados anteriores, a continuación listaremos las consecuencias más relevantes de las tormentas solares:

• Manifestación de auroras boreales y australes.
• Interferencia en el sistema de comunicaciones.
• Daños en la infraestructura eléctrica.
• Daños en los satélites y, con ello, los sistemas de navegación GPS.
• Riesgo para la actividad de aviación.

Efectos de una tormenta solar en humanos

Las tormentas solares no representan un riesgo directo para la salud de los seres humanos en la Tierra debido a la protección proporcionada por la atmósfera y el campo magnético del planeta. Sin embargo, los astronautas en el espacio, especialmente fuera de la protección del campo magnético de la Tierra, pueden estar expuestos a mayores niveles de radiación durante una tormenta solar, representando un riesgo severo para su salud.

Por otro lado, algunos estudios sugieren que las tormentas geomagnéticas pueden provocar cambios en el estado de ánimo de algunas personas sensibles a estas variaciones geomagnéticas. Sin embargo, la evidencia científica en este campo es incipiente y se requieren más estudios al respecto.

El evento Carrington, posiblemente la mayor tormenta solar de la historia, ocurrió en 1859 y consistió en una serie de erupciones solares masivas y una eyección de masa coronal extremadamente poderosa. Esta eyección lanzó una gran cantidad de partículas cargadas y energéticas desde el Sol hacia el espacio, que llegaron a la Tierra en aproximadamente 17 horas, un tiempo muy corto en escala solar. Como consecuencia, se registraron auroras en todo el mundo, incluso en latitudes ecuatoriales, y también los sistemas de telegrafía del momento experimentaron graves perturbaciones y fallas.

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