
Las noches tropicales son aquellas en las que la temperatura mínima no baja de los 20 °C. Cuando la mínima alcanza los 25 °C o más, se denominan noches ecuatoriales o tórridas y si supera los 30 °C, se consideran noches infernales. Estas categorías reflejan distintos niveles de calor nocturno, cada vez más frecuentes por el cambio climático, con impactos en la salud, el descanso y el consumo energético, especialmente en áreas urbanas. Continúa leyendo sobre qué son las noches tropicales, temperatura y diferencia con las ecuatoriales e infernales, en este artículo de GEOenciclopedia.
¿Qué son las noches tropicales?
Las noches tropicales son aquellas en las que la temperatura mínima no desciende de los 20 °C durante toda la noche. Este fenómeno suele asociarse a climas cálidos y húmedos, como los que se encuentran en regiones tropicales y subtropicales, pero también se está registrando con mayor frecuencia en zonas templadas debido al cambio climático.
Durante una noche tropical, la falta de enfriamiento nocturno impide que el cuerpo y los ambientes interiores se refresquen adecuadamente, lo que puede afectar la calidad del sueño, aumentar el estrés térmico y representar un riesgo para la salud, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas. En las ciudades, las noches tropicales son aún más intensas debido al efecto de isla de calor urbana, provocado por la acumulación de calor en el asfalto, los edificios y la escasa vegetación.

¿Cuándo son las noches tropicales? ¿A qué temperatura?
Las noches tropicales ocurren cuando la temperatura mínima registrada durante la noche no baja de los 20 °C. Este umbral es clave para responder a la pregunta: ¿qué se considera una noche tropical? Precisamente, se trata de noches en las que el ambiente se mantiene cálido y no permite que el calor acumulado durante el día se disipe adecuadamente. Este fenómeno es característico de regiones con climas cálidos y húmedos, pero su presencia está aumentando en zonas templadas debido al cambio climático.
Las noches tropicales suelen registrarse durante el verano, aunque también pueden aparecer en primavera o al inicio del otoño, especialmente en zonas urbanas donde el efecto de isla de calor contribuye a mantener temperaturas elevadas. Como aprendimos en el apartado anterior, en ciudades, el asfalto, los edificios y la escasa vegetación retienen el calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, impidiendo un enfriamiento adecuado.
Estas noches impactan directamente en la salud, dificultan el descanso y aumentan el uso de energía eléctrica por sistemas de refrigeración. Además, afectan a ciertos cultivos que requieren un descenso térmico nocturno para su correcto desarrollo. Por todo esto, su monitoreo es fundamental para diseñar estrategias de adaptación frente al calentamiento global.
Factores que influyen en las noches tropicales
Las noches tropicales están influenciadas por diversos factores que favorecen la retención del calor nocturno. Estos factores pueden intensificar el fenómeno, especialmente en áreas urbanas y durante eventos extremos como las olas de calor. A continuación, detallaremos los principales factores que influyen en estas noches calurosas:
- Cambio climático: el aumento global de las temperaturas provoca que las noches sean cada vez menos frescas, elevando la frecuencia de noches tropicales incluso en regiones antes templadas.
- Isla de calor urbana: en las ciudades, el pavimento, los edificios y otras superficies artificiales absorben calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, manteniendo temperaturas elevadas.
- Alta humedad: la humedad actúa como una manta térmica, atrapando el calor cerca de la superficie e impidiendo que la temperatura descienda durante la noche.
- Ausencia de viento: las noches con poco movimiento de aire favorecen la acumulación de calor en capas bajas de la atmósfera.
- Cobertura nubosa: las nubes evitan que el calor acumulado durante el día se disipe al espacio, intensificando el calor nocturno.

Consecuencias de las noches tropicales
Las noches tropicales no solo representan un indicador del cambio climático, sino que también generan múltiples impactos sobre la salud, el ambiente y la calidad de vida. La persistencia del calor durante la noche impide el descanso adecuado y agrava el estrés térmico, especialmente en poblaciones vulnerables. En el siguiente listado, presentaremos algunas de las principales consecuencias:
- Problemas de salud: la exposición prolongada al calor nocturno aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y deshidratación, en especial en adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.
- Alteraciones del sueño: las altas temperaturas impiden un descanso reparador, lo que puede derivar en fatiga, irritabilidad, disminución del rendimiento laboral y mayor riesgo de accidentes.
- Mayor consumo energético: el uso intensivo de ventiladores y aire acondicionado durante la noche incrementa el consumo de electricidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Impacto en cultivos: algunas plantas necesitan descensos térmicos para crecer adecuadamente. Las noches cálidas pueden alterar su desarrollo y reducir los rendimientos.
- Efectos urbanos: en las ciudades, las noches tropicales intensifican el efecto isla de calor, deterioran la calidad del aire y agravan las condiciones de vida en zonas con baja infraestructura térmica.
Cómo mitigar los efectos de las noches tropicales
Aunque las noches tropicales no se pueden evitar por completo, es posible mitigar sus efectos mediante medidas que reduzcan el calor nocturno y mejoren la adaptación de las personas y las ciudades. A continuación, se presentan algunas opciones:
- Aumentar la vegetación urbana: incorporar árboles, jardines verticales y techos verdes ayuda a enfriar el ambiente y reducir la acumulación de calor durante el día.
- Mejorar el diseño urbano: utilizar materiales reflectantes y pavimentos fríos en calles y edificios disminuye la retención de calor en las ciudades.
- Ventilación adecuada: promover el diseño de viviendas con buena circulación de aire natural, evitando el encierro del calor en el interior.
- Aislamiento térmico: implementar mejoras en la envolvente de los edificios (paredes, techos, ventanas) para mantener temperaturas interiores más estables.
- Educación y alerta temprana: informar a la población sobre los riesgos del calor nocturno y ofrecer recomendaciones prácticas ante episodios extremos.

Diferencia entre noches tropicales, ecuatoriales e infernales
Existen distintos tipos de noches según la temperatura, que se clasifican según la temperatura mínima registrada durante la noche. Esta clasificación permite identificar niveles de riesgo y comprender mejor los efectos del calor en diferentes contextos. Entre las más conocidas se encuentran las noches tropicales, ecuatoriales o tórridas, e infernales.
- Noches tropicales: se dan cuando la temperatura mínima no baja de los 20 °C. Son frecuentes en climas cálidos y su presencia ha aumentado en zonas templadas debido al cambio climático. Pueden afectar la salud, el sueño y aumentar el uso de energía.
- Noches ecuatoriales o tórridas: son aquellas con temperaturas mínimas iguales o superiores a los 25 °C. Este nivel de calor nocturno implica un riesgo mayor para la salud, especialmente para personas vulnerables, ya que el cuerpo no logra recuperarse del calor diurno.
- Noches infernales: se consideran las más extremas, con mínimas de 30 °C o más. Aunque poco frecuentes, ya se han registrado en grandes ciudades durante olas de calor severas.
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