Qué es Stonehenge y cómo se construyó

Qué es Stonehenge y cómo se construyó

Ubicado en las verdes llanuras de Salisbury (Wiltshire), el monumento Stonehenge es una de las construcciones más impresionantes y misteriosas del Neolítico. Se trata de una construcción megalítica formada por una serie de piedras de gran tamaño dispuestas en círculo. Esta antigua edificación ha sufrido ligeras modificaciones a lo largo de su historia, sin que ello dilapide su atractivo. Las piedras de Stonehenge suponen una obra emblemática utilizada presumiblemente para ceremonias rituales. A continuación, en este artículo de GEOenciclopedia entenderás qué es Stonehenge y cómo se construyó, así como algunas curiosidades que han contribuido a consolidar su fama.

Qué es Stonehenge

El monumento Stonehenge es una construcción megalítica constituida por una serie de piedras de gran tamaño o menhires dispuestas en círculo. Aunque Stonehenge signifique "soporte de piedras", su nombre original se desconoce. El lugar donde está Stonehenge se halla en el condado de Wiltshire (Gran Bretaña), confiriendo un relevante encanto turístico a la región. Se considera un emplazamiento arquitectónico representativo de las culturas prehistóricas autóctonas. Las teorías más sólidas, anuncian que era un lugar dedicado a las ceremonias religiosas, los enterramientos y la observación astronómica. Estas suposiciones se basan en diversos estudios realizados en las inmediaciones dónde está Stonehenge.

Entre los artefactos encontrados cerca del monumento Stonehenge se incluyen herramientas de piedra, huesos de animales quemados, huesos humanos y artículos funerarios, dando solidez a la teoría de los eventos religiosos y los sacrificios rituales. Sin embargo, la orientación de las piedras de Stonehenge coincide con el sol naciente del solsticio de verano, lo que lleva a pensar su uso para mediciones astronómicas. Por otro lado, las ruinas dispuestas en sus cercanías revelan la presencia de asentamientos humanos. Por tanto, también se habría utilizado para reuniones importantes. En cualquier caso, tanto historiadores como curiosos aún se preguntan qué significa Stonehenge y qué motivó su construcción.

Cuándo se construyó Stonehenge

Aunque los primeros vestigios de actividad en la zona dónde está Stonehenge se remontan al 8500 a.C, el origen de esta construcción se ubica entre los 3100 a 1600 a.C. En los primeros 200 años de su confección, el monumento Stonehenge consistió en dos terraplenes circulares separados por un foso. Este elemento poseía una profundidad de entre 1-2 m con una anchura bastante irregular.

A partir del 2900 a.C se construyeron las fosas donde se han albergado elementos funerarios. En el año 2600 a.C, la construcción de Stonehenge inició una fase más laboriosa donde se comenzaron a colocar las piedras de arenisca azul (bluestones) y, posteriormente, grandes rocas de sílice (sarsen). En esta etapa del proceso, los constructores prehistóricos colocaron las piedras de Stonehenge como trilitos colocados en forma de herradura.

La disposición circular de las bluestones empezó a matizarse en el 2200 a.C, rodeándolas por rocas de sílice. Esta se desmantelaría en sus años sucesivos, ubicando las piedras en su posición actual. Otras modificaciones al monumento de Stonehenge acontecerían hasta su abandono definitivo en el 1600 a.C. Por tanto, el crómlech de Stonehenge se construyó en un intervalo temporal amplio, cuyos inicios se instalan en el 3100 a.C.

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Cómo se construyó Stonehenge

Teniendo en cuenta la tecnología de la época en la que se construyó y los misterios que encierra este lugar, muchos han dado rienda suelta a la especulación. Sin embargo, existían una serie de técnicas de edificación que, aunque laboriosas, permitieron a los antiguos moradores de la llanura levantar este monumento. Por un parte, se cree que las areniscas azules o bluestones de 4 t que conforman la parte interior del crómlech se trajeron de las montañas de Preseli, ubicadas a 400 km al oeste de Gales. Mientras, las piedras de sílice o sarsen fueron traídas desde las inmediaciones de Marlborough Downs, apenas 30 km de distancia. Estas últimas rocas con una altura entre 6-8 m y 25 t se arrastraban por los senderes usando troncos en su base. Los constructores pulían los bloques dándoles forma de menhir antes de su ubicación final.

La tarea de erguir menhires y transformarlos en trilitos era lenta y ardua. Para ello, se realizaba un hoyo con tres caras verticales y una rampa forrada con madera y grasa animal para facilitar el deslizamiento de las piedras. A continuación, con el uso de cuerdas y palancas se erguía la estructura y se dejaba reposar durante un año. Para confeccionar los trilitos se ayudaban de rampas de tierra y andamios de madera para subir poco a poco las rocas hasta la altura adecuada. Usando la técnica de caja y espiga, realizaban muescas y hendiduras en estas para encajarlas y asegurar su estabilidad. El proceso fue repetido durante las sucesivas fases de construcción para crear el crómlech actual.

Entre todos los elementos que forman el monumento, se encuentran algunas de las piedras de Stonehenge más famosas. En la entrada noroeste se ubica la Piedra Talón o Piedra del Fraile, un portento de 35 t y 6 m de altura, traída desde Marlborough Downs. Actualmente, está inclinada, a creencia de los historiadores, por el paso del tiempo. Las dos Piedras de las Estaciones que se conservan, dispuestas como un rectángulo, oscilan entre los 1,2-2,8 m, con solo una de ellas pulida. En cuanto a la entrada, se presupone la existencia de tres bloques de roca, del que solo se conserva la Piedra del Sacrificio, llamada así por su superficie rojiza a causa de la oxidación de sus minerales. Por último, la Piedra del Altar es un bloque de arenisca de composición metálica de 5 m de altura, con una superficie pulida y brillante de 1,5 m, que no conserva su ubicación primigenia.

Curiosidades de Stonehenge

Una de las curiosidades más impactantes del monumento Stonehenge es su orientación. A este respecto, fue el astrónomo Gerard Stanley Hawkins (1928-2003) quién demostró la existencia de 24 alineaciones astronómicas intencionadas, catalogando Stonehenge como una calculadora astronómica del Neolítico. Esta teoría fue refutada a su vez, por el astrónomo Alexander Thom, cuyas investigaciones sobre construcciones megalíticas, daban solidez de su disposición calculada y geométrica. Sin embargo, la imposibilidad de encajar las propuestas astronómicas con los estudios antropológicos y arqueológicos, siguen alimentando la controversia y la especulación.

Dada la relación de dependencia de las poblaciones humanas de la Edad del Bronce con las cosechas y la religión, las piedras de Stonehenge pueden estar dispuestas con el objetivo de predecir eclipses y alineaciones solares y lunares. Tomando estas como referencia, la salida del sol en el solsticio de verano se orienta hacia la Piedra del Talón. Mientras, las bluestones están alineadas con posiciones lunares en determinadas fechas. Por tanto, la disposición del monumento Stonehenge podría cumplir el papel de calculadora astronómica, al mismo tiempo que los antiguos la usaban para sus ceremonias y rituales. En cualquier caso, habrá que seguir investigando para descubrir qué significa Stonehenge en realidad.

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Bibliografía
  • UPM. 2009. Arqueastronomía: Stonehenge. Disponible en: https://oa.upm.es/5370/2/INVE_MEM_2009_72565.pdf
  • UPV. 2016. Stonehenge: vestigios de un mito. Disponible en: https://riunet.upv.es/handle/10251/72415