Qué es la estratigrafía

Qué es la estratigrafía

Al hablar de estratigrafía nos referimos al estudio de cualquier roca que esté estratificada, es decir, que se haya formado por una superposición de capas. Aunque cualquier tipo de roca puede caer dentro del estudio de la estratigrafía, son las rocas sedimentarias las que adquieren verdadera importancia. Esto se debe a las implicaciones ambientales, biológicas y económicas que acapara la estratigrafía de las rocas sedimentarias. En este artículo de GEOenciclopedia entenderás qué es la estratigrafía, así como los aspectos más importantes y la utilidad de su estudio.

Qué es la estratigrafía, sus objetivos y principios

La estratigrafía es el estudio de las rocas estratificadas, tanto en el ámbito de observación en campo como en investigación en laboratorio. Dentro de los objetivos de la estratigrafía, se persigue la recopilación de indicios sedimentológicos, biológicos y ambientales para reconstruir el proceso de formación de la roca. De esta manera, es posible encontrar una aplicación útil a su estudio, ya se destine a la divulgación científica o a la explotación minera.

Los principios estratigráficos constituyen la base de un geólogo, sin la cual, es imposible convertirse en un profesional. Por tanto, la estratigrafía posee numerosas aplicaciones en el ámbito laboral y una serie de características indispensables para abarcar su estudio.

Descubre los distintos Tipos de rocas.

La columna estratigráfica

La premisa de la que parte cualquier estudio estratigráfico inicia en la confección de la columna estratigráfica. Esta creación recopila toda la información visible de la roca in situ, es decir, en el lugar natural donde aflora. Durante el proceso se observan características sedimentológicas como fósiles, estructuras sedimentarias, granulometría, entre otros. Se trata de reunir toda la información posible para reconstruir la historia de esa roca.

A este respecto, la columna estratigráfica para un geólogo es similar a un expediente médico para un profesional de la salud. El geólogo apunta todas las características observables de la roca para después completar la información con pruebas de laboratorio y estudios previos. Con los datos obtenidos, se van descartando las hipótesis menos probables en favor de las más coherentes. Se trata de reconstruir los eventos que han actuado sobre la roca, desde su sedimentación hasta su exposición actual, para entender los procesos geológicos ocurridos y su evolución.

Sin embargo, una sola columna estratigráfica no es suficiente. Las rocas sedimentarias, antes de convertirse en rocas, sufren procesos de una tasa destructiva muy alta. Razón por la que el estudio estratigráfico de las rocas ígneas y metamórficas es poco relevante en comparación, ya que las condiciones de temperatura y presión han eliminado la mayoría de la información. Por tanto, se necesitan varias columnas estratigráficas en el mismo complejo rocoso para reconstruir la disposición espacial de la serie.

Los mayores retos para reconstruir una columna estratigráfica

Apuntar bien los datos y entender la información que arrojan es fundamental para reconstruir los procesos. Razón de más para tener una base de conocimiento previa. Antes de acudir a una zona de campo, el geólogo observa los mapas y trabajos de otros profesionales para saber el ambiente al que se enfrenta y cuál es la mejor ruta para cumplir su objetivo. Cuanta más información se tenga, más fácil será detectar fallos de interpretación y medición.

Un ojo crítico que posea esa base sabrá donde mirar, buscará los datos más relevantes y entenderá, aunque sea levemente, la configuración geológica que se extiende ante él. En campo abierto no siempre se puede tener una visión periférica, los afloramientos de roca son escasos y las horas de luz limitadas. Por tanto, todo el trabajo que pueda realizarse en gabinete o laboratorio no debe hacerse nunca en el campo.

Medición de las estructuras sedimentarias

Las estructuras sedimentarias son huellas de esos elementos naturales presentes durante su formación, que revelan el ambiente donde se acumuló el sedimento. Con las condiciones adecuadas, esos vestigios se preservan en el tiempo, incluso durante la compactación de la futura roca.

Medirlos con rigor nos permite saber datos interesantes como la dirección, intensidad y extensión del agente natural que los formó. Un ejemplo de estructura sedimentaria sería los ripples u ondulaciones; pequeñas crestas de sedimento que se forman por el movimiento del agua al arrastrar partículas de arena. Por ende, las estructuras sedimentarias aportan valiosa información al estudio estratigráfico, sobre todo en cambios laterales de facies.

Además, se debe medir el espesor de las capas rocosas, así como su granulometría para reconstruir la disposición espacial de la serie. Es importante evitar las estructuras tectónicas del terreno que pueden adelgazar o duplicar el espesor real. Lo que provocaría una interpretación errónea de la columna estratigráfica.

Obtención de muestras y fotografías a escala

Otra parte importante de la construcción de una columna estratigráfica es la obtención de muestras y fotografías. En el primer caso, se busca un afloramiento de roca “fresca”, no afectada por la meteorización, que permita ver sus características. De lo contrario, los procesos observables pueden ser posteriores a su formación, y en la mayoría de los casos irrelevantes.

Por ello, el geólogo acude al campo con todo su equipo, incluido un martillo para recoger muestras de roca para el laboratorio. En el caso de las fotografías, necesitamos acudir al afloramiento en las mejores horas para evitar sombras molestas y utilizar siempre una escala.

Esto es importante para determinar si el proceso que ha formado la estructura sedimentaria es un evento restringido o un acontecimiento que afecta a una gran extensión de terreno. Después de la visita al campo, el estudio estratigráfico sigue, con un nivel de detalle más exhaustivo, en el laboratorio.

Para qué sirve el estudio de la estratigrafía

Una de las grandes preocupaciones que plantea cualquier carrera son las salidas laborales que derivan de ella. En este aspecto, la estratigrafía ofrece una serie de implicaciones prácticas que la hacen una rama interesante, rentable y atractiva dentro de la geología.

Estratigrafía aplicada a labores medioambientales y riesgos naturales

Comprender los procesos naturales que han formado la configuración geológica actual de nuestro planeta, posee numerosas aplicaciones medioambientales. De la misma forma, conocer las características de un complejo rocoso concreto permite emplear ciertos recursos para evitar catástrofes naturales.

Desde el punto de vista de la divulgación científica, un geólogo puede trabajar en museos, talleres o laboratorios de investigación. De la misma forma, otros pueden ofrecer sus servicios a empresas medioambientales, para estudiar el uso de rocas almacén para confinar residuos radiactivos o químicos, entre otros. Aunque la rama principal de demanda esté centrada, en mayor medida, en el tratamiento de aguas y acuíferos.

Por otra parte, el conocimiento espacial que ofrece la estratigrafía posibilita la confección de mapas de riesgo y prevención. Especialmente útiles para empresas aseguradoras o zonas donde haya peligro de desastre climático, social y económico como las ocurridas durante erupciones volcánicas, deslizamientos e inundaciones.

La estratigrafía relacionada con la biología

El estudio de la estratigrafía permite reconstruir la distribución de las especies del planeta, complementándola con la paleontología. Además, ayuda a relacionar las extinciones masivas con los eventos geológicos para comprender su implicación en la fauna y flora.

De esta manera, los geólogos dedicados a la rama biológica son especialmente útiles para relacionar los procesos evolutivos y geológicos entre sí. Razón por la que se ocupan de tareas relacionadas con la investigación, divulgación científica, reconstrucción de ecosistemas y medio ambiente.

Estudios estratigráficos dedicados a la explotación minera

Esta es una de las tareas más antiguas y rentables del mundo a la que puede consagrarse un geólogo. Aquellos que gocen de una amplia base estratigráfica para entender los procesos formadores y la distribución espacial de los materiales, cuentan con numerosas salidas en la explotación minera.

Conocer las series estratigráficas permite detectar rocas almacén de petróleo y gas, entre otros, con un ahorro considerable de recursos. Valores como la permeabilidad y la porosidad son tremendamente importantes para determinar la calidad del yacimiento. Datos que empiezan a desarrollarse a partir de la base que aporta el conjunto de columnas estratigráficas.

En su mayoría, los recursos minerales se forman por procesos geológicos, de ahí la importancia de la estratigrafía como punto de partida. Por tanto, su estudio es la base de todo geólogo que, llevado a la especialización, se convierte en un pilar esencial para saber dónde y en qué condiciones debe realizarse la extracción para obtener la máxima rentabilidad. Esas habilidades implican una retribución económica interesante para un profesional competente con un buen conocimiento de la estratigrafía.

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