Mar Mediterráneo

Mar Mediterráneo

Los antiguos romanos lo llamaban Mare nostrum (nuestro mar), mientras que el nombre común actual proviene del latín mediterraneus, que significa “entre las tierras”, por lo que mar Mediterráneo significa “mar entre las tierras”. Esta masa de agua ha tenido un papel elemental en el desarrollo de las culturas orientales y occidentales, toda vez que fue navegado por griegos, fenicios, romanos, persas y turcos otomanos, solo por mencionar algunos. Es uno de los mares más destacados por su historia y su riqueza natural.

Descripción del Mar Mediterráneo

El mar Mediterráneo es un mar intercontinental, es decir, está situado entre Europa, Asia y África al norte, este y sur, respectivamente; separa y conecta dichos continentes. Baña las costas de Albania, Argelia, Grecia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Chipre, Egipto, Francia, Israel, Italia, Líbano, Libia, Malta, Mónaco, Marruecos, Eslovenia, Montenegro, España, Siria, Túnez, Turquía y varias islas que pertenecen a estos países, como las Baleares, las Cícladas, Creta, Sicilia, Cerdeña, Córcega, etcétera. En total, baña más de 20 países. Al sur está conectado con el mar Rojo por el Canal de Suez.

Abarca un área, sin incluir al mar Negro, de aproximadamente 2.5 millones de km2 y tiene una longitud máxima de unos 3,860-3,900 kilómetros. Su anchura máxima es de 1,600 kilómetros entre las partes más alejadas, y divide Europa y África por tan solo 14 kilómetros. La profundidad media del mar es de 1,500 metros, si bien cerca del Cabo Matapan alcanza hasta 5,400 metros. Su área se divide en mares más pequeños, según la Organización Hidrográfica Internacional (IHO, por sus siglas en inglés): Adriático, Egeo, Jónico Tirreno, de Liguria, Balear y de Alborán. El estrecho de Gibraltar es un cuerpo de agua también contenido en el mar.

El Mediterráneo se conecta con el océano Atlántico, su fuente de renovación y reposición de agua, únicamente por el estrecho de Gibraltar, por lo que su cuenca es casi completamente cerrada. Sus aguas poseen una salinidad superior a la del Atlántico puesto que registra poco movimiento de mareas. La evaporación es muy alta, especialmente en la parte este, y esto contribuye a aumentar el nivel de salinidad que a 5 metros de profundidad es de aproximadamente 3.8 por ciento. Este gran cuerpo de agua es un importante modificador de clima en la región ya que disipa el calor. De hecho, existe un tipo de clima con el mismo nombre.

Formación del Mar Mediterráneo

La formación del Mediterráneo es resultado de los movimientos geológicos que han ocurrido a lo largo de millones de años. En la actualidad se localiza donde las placas Africana y Euroasiática se conectan; la fricción entre ambas provocó hace tiempo la aparición de varios volcanes y canteras de mármol. Sin embargo, es posible que se haya originado a partir de otros cuerpos de agua: el mar de Tetis, o quizá Neotetis. Anteriormente se creía que la cuenca del mar Mediterráneo era un remanente tectónico directo del mar de Tetis, el cual separaba Gondwana de Laurasia durante el Mesozoico y parte del Cretácico.

En el Jurásico y el Cretácico tardío, las placas Africana y Eurosiática se acercaban poco a poco, lo que llevó a lo que hoy son África, Arabia e India hacia la parte superior y a cerrar el océano Tetis. La cuenca del océano Neotetis fue resultado de la convergencia entre las placas Africana y Euroasiática. Hace unos 6 millones de años, el cuerpo de agua que hoy se llama Mediterráneo estaba formado, pero comenzó a cerrarse en su parte oeste debido al acercamiento de África hacia Europa. Esto provocó que el agua se evaporara durante la crisis de salinidad de Messina, por lo que la cuenca se secó casi completamente hasta que a finales del Mioceno volvió a llenarse con agua del Atlántico por el estrecho de Gibraltar gracias a la inundación Zancliense. Sin embargo, es posible que el ciclo de desecación e inundación se haya repetido durante los últimos 630,000 años.

Biodiversidad del Mar Mediterráneo

El mar Mediterráneo exhibe un bello color azul profundo que es hogar de más de 10,000 especies acuáticas. Como sus aguas provienen del Atlántico, la biodiversidad está compuesta casi exclusivamente por especies propias de dicho océano. En el Mediterráneo existen al menos 19 especies de cetáceos, por ejemplo: el delfín de Risso (Grampus griseus), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), el calderón común (Globicephala melas), el cachalote (Physeter macrocephalus), la orca (Orcinus orca) y la falsa orca (Pseudorca crassidens), solo por mencionar algunos. Otras especies marinas comunes son la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), la tortuga caguama (Caretta caretta), las merluzas, el atún rojo (Thunnus thynnus), el mejillón mediterráneo (Mytilus galloprovincialis), las sardinas, el pez espada (Xiphias gladius), la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) y la lubina (Dicentrarchus labrax). En este mar se reconoce un amplio rango de ecosistemas y, debido a que es más cálido y más salado que el Atlántico, mantiene varias especies que no se encuentran en otros mares u océanos, como la foca monje del Mediterráneo que es la única especie de pinnípedo en tal zona.

Bajo el nivel del mar se encuentran praderas marinas, arrecifes de coral, montañas y fosas. En la cuenca, sobre el nivel del mar, habitan coníferas de las familias Ceratonia, Cupressaceae y Brassicaceae, así como olivos y demás plantas capaces de sobrevivir en el ambiente rocoso. En total, la biodiversidad del mar Mediterráneo representa un 9.8 por ciento de la biodiversidad marina del mundo. Curiosamente, el mar representa solo un 0.7 por ciento de la superficie marina de la Tierra.

Amenazas del Mar Mediterráneo

La pesca ha sido una actividad económica históricamente importante para los habitantes de la cuenca mediterránea; el lado negativo es que la sobrepesca es un problema en muchas partes del mar. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (European Environment Agency), más del 65 por ciento de las poblaciones de especies de la región mediterránea están fuera de los límites biológicos de seguridad.

Muchas pesquerías locales están desapareciendo debido a la escasez de presas. Aunado a lo anterior, la captura incidental cobra la vida de millones de especies marinas. Posiblemente, el principal problema del Mediterráneo es la degradación de sus hábitats, ocasionada por las múltiples actividades humanas en las poblaciones cercanas y las compañías que dependen de sus aguas y lo que hay en ellas. Existe una fuerte contaminación en muchas áreas, causada en parte por la escorrentía y el vertido de sustancias químicas de las industrias.

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