Islas

Islas

Una isla es una masa de tierra completamente rodeada por agua y de menor tamaño que un continente. Cuando varias islas están situadas de forma muy cercana, el conjunto recibe el nombre de archipiélago. Existen varios tipos de islas según la forma en que aparecen, así como diversos tamaños y formas. Las islas más pequeñas se llaman islotes, generalmente desprovistos de vida humana pero no de plantas y animales. Los dos tipos principales de islas son: continentales y oceánicas.

Características de las Islas

Las más grandes son Groenlandia, Madagascar, Nueva Guinea, Borneo, Sumatra y la Isla de Baffin, pero en cuanto a las pequeñas, el número es infinitamente mayor, pues están esparcidas no solo en medio de los océanos, sino también en lagos y hasta ríos. Las más pequeñas son los islotes, que por lo general están desprovistos de vida humana pero no de plantas y otros animales.

Las islas, frecuentemente asociadas con el concepto de “paradisíaco” o relacionadas con la soledad, han sido parte importante de las poblaciones humanas. Si los países hallados en los grandes continentes son precisamente continentales, los países asentados en una o varias de ellas son insulares, y muchos de ellos tienen igual o mayor relevancia económica que países continentales. Por ejemplo, Japón es una nación instalada en algunas islas del océano Pacífico, y ha sobresalido por sus avances tecnológicos.

De acuerdo con la Evaluación de los Sistemas del Milenio (Millennium Ecosystem Assessment), las islas son tierras aisladas rodeadas por agua, pobladas y separadas de un continente por al menos 2 kilómetros. Su tamaño debe ser igual o mayor de 0.15 kilómetros. Por otra parte, muchas islas son sitios plenos de biodiversidad y de especies endémicas, es decir, exclusivas de ellas. ¿Ejemplo? Los lémures, que únicamente se encuentran en Madagascar.

Formación de las Islas

Las islas han existido debido a que que las placas tectónicas de la Tierra se mueven. A veces se unen y otras veces se separan. Por eso, pueden aparecer durante el transcurso de muchos años como resultado de algún evento geológico, como una erupción volcánica. A decir verdad, existen varias maneras en las que se puede formar una isla, y a partir de de esto se les ubica en diferentes tipos.

Tipos de las Islas

Los dos tipos principales son:

  1. Islas continentales. Pertenecen a la plataforma continental. Muchas formaron parte de las tierras continentales, pero quedaron aisladas después de que el nivel del mar aumentó. En este tipo se encuentran las llamadas “islas de marea”, que aparecen cuando la marea alta cubre la porción de tierra que conecta una zona con otra. Así, una parte queda rodeada por agua. Las islas barrera consisten en porciones de tierra paralelas a la costa, muchas de las cuales forman parte de la plataforma continental. Pueden ser resultado del empuje de arena y sedimentos por parte de las corrientes oceánicas e incluso del aumento del nivel del mar provocado por el derretimiento del material procedente de la última edad de hielo. Ejemplos: Groenlandia y Madagascar.
  2. Islas oceánicas. No son parte de la plataforma continental. A algunas también se les llama islas volcánicas, porque emergen por la erupción de un volcán submarino de cualquier tipo. Por lo general, las islas oceánicas se asientan sobre una zona de subducción donde una placa se hunde debajo de otra, aunque también pueden crearse si se encuentran sobre un punto caliente. En este caso, una placa se mueve sobre el punto y como el magma se mueve hacia arriba, ocasiona que la corteza se eleve. Otras islas oceánicas aparecen como resultado de los movimientos de las placas tectónicas cuando estas se elevan hasta situarse por encima del nivel del mar. A veces, las grandes colonias de corales forman inmensos arrecifes. Cuando los restos de los esqueletos calcáreos (compuestos principalmente por carbonato de calcio) de estos animales se amontonan tan desmesuradamente que aparecen por encima del nivel del mar, constituyen una isla coralina. Por supuesto, a los esqueletos se suman otros materiales. Si los esqueletos se acumulan alrededor de una isla oceánica, generalmente volcánica, y con el tiempo el terreno del centro se hunde y se cubre de agua hasta formar una laguna, el resultado es un atolón. Ejemplo: las islas de Hawái, la isla Surtsey y las Maldivas.
  3. Por último, las islas artificiales no son continentales ni oceánicas porque el hombre las ha creado para propósitos específicos. Existen varias maneras de crearlas: uniendo islotes naturales a una isla mayor, depositando grandes volúmenes de arena o material hasta la zona que fungirá como isla, construyendo en arrecifes naturales, etcétera. Famosas islas artificiales son las Palm Islands, en Dubái.

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