Corteza terrestre: qué es y tipos

Corteza terrestre: qué es y tipos

La corteza terrestre es la capa más superficial de la Tierra, es sólida y es una zona de transición entre los elementos de la geosfera. Su variabilidad litológica solo es comparable con la cantidad de eventos que se desarrollan en ella. En contacto con los elementos atmosféricos, hidrológicos y biológicos, está sometida a procesos geológicos externos. Por otro lado, las características de la corteza de la Tierra vienen marcadas por los procesos geológicos internos, los cuales también afectan a los factores exógenos. Frente a su complejidad natural, en este artículo de GEOenciclopedia, daremos respuesta a qué es la corteza terrestre y sus características.

Qué es la corteza terrestre y sus características

La corteza terrestre es la capa sólida más superficial de la Tierra, con un espesor ínfimo en comparación con otros elementos de la geosfera. Se estima que la corteza terrestre termina en la discontinuidad de Mohorovicic a unos 35 km de profundidad. No obstante, este límite no es continuo ni homogéneo, por lo que puede situarse a niveles mayores debajo de los orógenos.

En general, la deformación de las rocas en la corteza es frágil. Sin embargo, los materiales pueden sufrir deformación dúctil o incluso elástica, dependiendo de la intensidad de los esfuerzos y su duración. En cualquier caso, los materiales de la corteza de la Tierra se encuentran en estado sólido a excepción del material magmático próximo a la superficie y algunos procesos de fusión parcial en sus proximidades.

En ella se concentran esfuerzos que contribuyen a la formación de fallas y diaclasas en las rocas. Estas fracturas representan superficies de debilidad que facilitan su meteorización y erosión. Al mismo tiempo, constituyen canales para la entrada de aguas meteóricas o la expulsión de material magmático o hidrotermal. Debido al carácter somero de la corteza, los resultados de los procesos geológicos externos son visibles, explicando cómo se ha gestado parte de la diversidad geológica de la corteza.

La desintegración de las rocas por la intervención de los agentes geológicos externos deriva en la formación de suelos. A este respecto, la corteza terrestre incluye una pequeña franja superficial donde se desarrolla y concentra la actividad biológica, contribuyendo a la formación de ciertos tipos de rocas.

Formación de la corteza terrestre

Poco se sabe de la corteza de la Tierra primitiva debido a la tasa de reciclaje del planeta. Sin embargo, el enfriamiento de la capa superficial y la ascensión de materiales del manto debieron dar lugar a la primera corteza terrestre. Esta capa de composición desconocida y sólida sufrió una descompresión que resquebrajo sus partes, dando lugar a las llamadas placas tectónicas. Los movimientos convectivos del manto permitieron su deriva y la creación de diversos tipos de márgenes continentales.

A continuación, la diferenciación de los magmas y los movimientos tectónicos darían lugar a diferentes tipos de rocas. Al mismo tiempo, el enfriamiento paulatino de la Tierra incrementaría la acumulación de agua líquida propiciando en nacimiento de los océanos. La menor intensidad de los procesos geológicos internos creó placas tectónicas más grandes y una disminución considerable de los límites divergentes y convergentes. Mientras, el engrosamiento por acreción cortical contribuyó a su evolución, ya sea por materiales procedentes del manto o colisiones tectónicas.

Estos cambios composicionales y físicos son deducibles a través de la presencia de ciertas rocas y minerales en la corteza terrestre. De esta manera, las komatitas, rocas ígneas ultramáficas formadas a partir de magmas de 1.650 ºC aproximadamente, dejaron de producirse a partir de los 2.500 Ma debido a la disminución del gradiente térmico.

En conclusión, la formación de la corteza de la Tierra responde a un proceso de enfriamiento progresivo y complejo donde el movimiento de las placas tectónicas y la ascensión de materiales mantélicos propició la configuración del relieve y diferenciación de sus componentes.

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Tipos de corteza terrestre

Corteza oceánica

La corteza oceánica corresponde a la parte más densa y primitiva de la corteza terrestre. Con una composición similar al manto superior, la forman rocas ricas en Fe y Mg, como gabros, dunitas, peridotitas y basaltos. Gracias a su elevada densidad, se hunden por debajo de la corteza continental en los límites convergentes o zonas de subducción.

Por otro lado, la cercanía de la astenosfera en los límites divergentes o dorsales promueven la creación de nueva corteza oceánica. Por su tasa de reciclaje, su espesor es considerablemente menor que la corteza continental, de unos 10 km. Debido a su génesis, es la parte más joven de la corteza de la Tierra, con 160 Ma de media. La corteza oceánica más antigua del planeta tiene 340 Ma y se encuentra en la cuenca de Heródoto.

El agua presente en las dorsales oceánicas interfiere en las reacciones químicas como fundente y elemento químico, por consiguiente, tiene un papel determinante en la precipitación mineral. Las condiciones de alta temperatura y baja presión permiten la génesis de los esquistos verdes, una roca metamórfica muy común en este ambiente.

Corteza continental

La corteza continental posee una composición menos densa con una importante variabilidad lítica. Compuesta por rocas ricas en Si y Al como granitos, gneises, migmatitas y grandes acumulaciones de rocas sedimentarias con altas proporciones de cuarzo. La corteza continental está constituida por un escudo precámbrico o cratón acompañada de cinturones concéntricos de rocas plegadas y deformadas. Las rocas metamórficas más significativas, granulitas y anfibolitas, suelen ocupar la parte más interna de la corteza continental.

Aunque no se trate de un límite constante, las diferencias líticas pueden intuirse por la discontinuidad de Conrad. Esta variabilidad se observa a través de las diferencias de las ondas sísmicas entre los niveles graníticos y anfibolíticos con la corteza continental más profunda de composición basáltica. Sobre ella se desarrollan los procesos geológicos externos haciendo posible la evolución geomorfológica del relieve y exponiendo las rocas más antiguas. A pesar de ello, la tasa de reciclaje en la corteza continental es muy baja con rocas de una antigüedad superior a los 4.000 Ma.

La corteza continental sufre un importante engrosamiento por acreción en márgenes convergentes. Como consecuencia, el espesor de esta capa puede alcanzar los 80 km, muy superior a los espesores de la corteza oceánica. La parte continental de la corteza de la Tierra presenta numerosos episodios tectónicos que dificultan su comprensión.

Función de la corteza terrestre

El enfriamiento de la corteza propició una base sólida para la formación de fallas profundas que conectaban los materiales del manto con la superficie del planeta. Durante la diferenciación magmática, volátiles como el agua pudieron manifestarse en su fase líquida. Al combinarse con elementos como el CO2 dieron lugar a una serie de compuestos supercríticos de diferente composición que, en diversas situaciones, formaban moléculas orgánicas complejas.

La acumulación de estos compuestos orgánicos en la superficie posibilitó el nacimiento de las primeras bacterias. Por tanto, la primera función de la corteza terrestre es su papel precursor de la vida en el planeta. Por otra parte, los procesos geológicos internos y externos que afectan a la corteza terrestre, posibilitaron la acumulación de recursos minerales y energéticos que sustentan el progreso de la especie humana.

La corteza de la Tierra es la base donde se construyen los ecosistemas que sustentan a todas las especies y, al mismo tiempo, constituye una toma de contacto para entender la historia geológica del planeta.

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Bibliografía
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  • Enseñanza de las Ciencias de la Tierra. 2014. El origen de la vida en la corteza terrestre. Disponible en: https://www.raco.cat/index.php/ECT/article/download/298949/388222