¿Cómo se formó la Tierra?

¿Cómo se formó la Tierra?

Hace unos 4.5-4.6 miles de millones de años, el Sistema Solar comenzó a formarse a partir del colapso gravitatorio de una nebulosa giratoria. Anteriormente esta nube de gas y polvo existía simplemente como uno más de los elementos de la Vía Láctea, pero la formación de un nuevo sistema planetario traería la existencia de un planeta muy singular, el que hasta el momento es el único del que se sabe que sostiene vida. Para entender el origen de la Tierra hay que empezar por conocer el principio del Sistema Solar.

La hipótesis nebular

Según la hipótesis nebular, una de las teorías más aceptadas en este rubro, la nebulosa colapsó bajo su propia atracción gravitacional. Comenzó a contraerse cada vez más, y a medida que esto sucedía giraba más rápido. Eventualmente, la nebulosa adquirió una forma aplanada, como de disco, con una protuberancia en el centro. La temperatura fue el factor clave para la composición de los planetas alrededor del Sol. Las partículas que estaban dentro del disco llegaron a colisionar, lo que causó que se crearan unas regiones que se contrajeron gravitacionalmente.

La región central se volvió más densa, más caliente, y alrededor se creó una especie de disco giratorio con partículas de gas, polvo y hielo, de los cuales algunos se unieron y formaron planetesimales, que chocaron entre sí y constituyeron a su vez unos protoplanetas, anteriores a los planetas. La protuberancia en el centro del disco llegaría a ser el protosol. Ahora bien, los campos gravitacionales de los protoplanetas y el protosol comenzaron a rodear las partículas sueltas y a atraerlas hacia sí en un proceso llamado acreción. Este es el principio básico de la formación del Sol y los planetas: partículas que se unieron, constituyeron cúmulos y posteriormente se convirtieron en grandes cuerpos celestes llamados planetas.

Los planetas interiores (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) están compuestos principalmente de roca y material metálico debido a que las altas temperaturas del centro de la nebulosa solo permiten que dichos materiales se condensen. Los cristales de agua y amoníaco se condensaron a mayor distancia. Así pues, fue la temperatura el factor clave para la composición de los planetas alrededor del Sol. Los científicos calculan que la Tierra empezó a formarse hace aproximadamente 4.5 miles de millones de años.

Origen y evolución del planeta Tierra

Los científicos calculan que la Tierra empezó a formarse hace aproximadamente 4.5 miles de millones de años, unos “cuantos” años después de que la nebulosa emprendiera el camino hacia la formación del Sistema Solar. Los protoplanetas tuvieron que experimentar diversas colisiones, de modo que la Tierra como planeta se originó a partir de la colisión de varios protoplanetas, quizá una docena.

Cada una de las colisiones liberó gran cantidad de energía y los protoplanetas, más grandes, se contrajeron bajo su propia influencia gravitacional. Una última colisión causó la creación de un cuerpo celeste del tamaño aproximado de la actual Tierra, que ha recibido el nombre de proto-Tierra. A través del tiempo acumuló polvo y roca, hasta que fue lo suficientemente grande como para atraer material gracias a su campo de gravedad. Esta fuerza gravitacional ocasionó que numerosos objetos espaciales chocaran contra la superficie terrestre y se desintegraran ahí varios elementos radiactivos, lo que, en vez de afectar al naciente planeta, propiciaría la generación de un calor importante para fundir diversos materiales y conformar su estructura interna.

Cómo evolucionó la Tierra

La energía solar dio lugar a importantes cambios de la vida en el planeta Tierra. La presión y temperatura del protosol aumentaron hasta que en algún punto los núcleos de hidrógeno se fusionaron y constituyeron el helio; en consecuencia se liberó tanta energía que las partículas más finas y gran parte del gas fueron barridos al exterior, por que el joven sistema quedó constituido por los planetas, los asteroides y otros cuerpos celestes que aún permanecen. El impacto de asteroides continuó en la Tierra, y se cree que uno de estos dio origen a la luna. La primitiva Tierra era un cuerpo volcánico y más caliente que en la actualidad.

El metal alcanzó el punto de fusión y el material más denso se hundió y conformó el núcleo, en tanto los materiales más ligeros ascendieron y se transformaron en el manto y la corteza. Así se formaron las capas de la Tierra. Poco a poco el planeta bajó su temperatura, muchos de los cráteres de los impactos fueron cubiertos con agua, aparecieron organismos fotosintéticos y se formó una atmósfera, todo lo cual otorgaría las condiciones que hacen del planeta el lugar de la vida.

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