Banquisa: qué es, cuántas hay y cómo se forma

Hacia las altas latitudes de nuestro planeta, es posible encontrar banquisas. ¿Alguna vez has escuchado hablar de ellas? Se trata de enormes capas de hielo que se hallan flotando sobre las regiones oceánicas polares. Algunos también las llaman hielo marino o mar helado. Sin embargo, no debe confundirse el concepto de banquisa con el de iceberg: la banquisa es una extensa superficie de hielo, generalmente llana, mientras que el iceberg es un fragmento de una banquisa o un glaciar.

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Curiosamente, en el mundo solo hay dos banquisas: la banquisa antártica y la banquisa ártica. Ambas presentan dinamismos muy distintos. Para comprenderlas mejor, las describiremos a continuación:

• Banquisa ártica: sobre el hemisferio norte, se encuentra esta banquisa que alcanza su máxima extensión durante el mes de marzo, a finales del invierno, y su mínima extensión hacia el mes de septiembre, al finalizar el verano. Es decir, que su superficie varía según la estación del año, con una diferencia de aproximadamente 8,5 millones de km² entre una estación y la otra. No obstante, si bien las variaciones en cuanto a su extensión son parte de su naturaleza, la superficie absoluta de la banquisa ártica está en descenso producto del calentamiento global.
• Banquisa antártica: hacia el hemisferio sur, se halla esta otra banquisa, que en ocasiones desaparece completamente al finalizar el verano austral y se vuelve a formar durante el invierno. Contrariamente a la banquisa ártica, alcanza su extensión máxima en septiembre y su mínima en marzo, con diferencias entre una estación y la otra de más de 15 millones de km². A diferencia de la anterior, se estima que la superficie absoluta de la banquisa antártica permanece estable.

Como vimos con anterioridad, las banquisas son grandes áreas de hielo flotando a la deriva, cuya amplitud es de varios millones de km². Ahora bien, su grosor también es otra característica importante a considerar. Lo cierto es que su espesor varía al igual que la superficie: las partes que están sometidas a derretimiento alcanzan el metro de anchura mientras que aquellas partes que permanecen constantes, sin importar la estacionalidad, pueden llegar a medir alrededor de 5 metros.

Aunque las banquisas, en apariencia, resultan grandes masas homogéneas, en realidad están lejos de serlo. En este sentido, un punto importante a considerar es la salinidad. Las concentraciones de sales a lo largo y ancho de la banquisa cambian considerablemente, existiendo zonas de alta salinidad rodeadas por áreas con prácticamente nula presencia de sales. Esto se debe a que durante el proceso de congelamiento, la sal es excluida del cristal del hielo en un proceso conocido como exclusión de la salmuera.

El proceso de formación de banquisa es complejo y requiere de ciertas condiciones. El mismo comienza cuando la temperatura del océano desciende a -1,9 °C aproximadamente. En ese momento se empiezan a formar pequeños cristales de hielo de alrededor de 3 milímetros de diámetro que se aglomeran en una capa amorfa y frágil. Dicha capa se rompe fácilmente por el oleaje o el viento, sin embargo, si las temperaturas permanecen frías los cristales siguen formándose y originan los llamados panqueques de hielo (originalmente del inglés, pancake ice).

Los panqueques de hielo, son trozos de hielo con bordes redondeados, que no superan los 10 centímetros de ancho. Al continuar las bajas temperaturas, los panqueques de hielo se fusionan entre sí y la banquisa ya comienza a tomar forma. Puede ocurrir que la banquisa en formación se fragmente, nuevamente por oleaje y viento. Sin embargo, los fragmentos pueden quedar atrapados sobre la banquisa remanente, aumentando así su grosor.

Las banquisas juegan un papel clave para el clima global, más precisamente en la regulación de la distribución del calor en el planeta. Durante el verano reflejan parte de la radiación solar que incide sobre la Tierra, regulando así la temperatura. Asimismo, la banquisa actúa a modo de aislante del océano, limitando el flujo de calor entre el océano y la atmósfera. Aquí puedes leer acerca de los Elementos y factores del clima.

Por otro lado, las banquisas son el hábitat de la extraordinaria biodiversidad que se encuentra en los polos, entre ellos, osos polares, focas, pingüinos, lobos marinos y más, los cuales están involucrados en una compleja cadena trófica. En conclusión, sobre las banquisas se desarrolla un ecosistema que, como todos los demás, debemos conservar.

Como mencionamos con anterioridad, la banquisa ártica se encuentra en retroceso. El excesivo aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, producto de las actividades antropogénicas, dio como resultado un ascenso de la temperatura, principalmente en el polo norte. En consecuencia, el aumento de la temperatura repercute directamente sobre la banquisa ártica disminuyendo su superficie y, en definitiva, alterando el clima global.

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