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Volcán Iztaccíhuatl

Por Equipo de redacción. 19 diciembre 2022
Volcán Iztaccíhuatl

El Iztaccíhuatl es un volcán sismicamente activo que se localiza en la frontera entre el Estado de México y Puebla. Es el tercero más alto del país con 5,230 m de elevación sobre el nivel del mar, después del Popocatépetl y el Pico de Orizaba o Citlaltépetl. Iztaccíhuatl proviene del náhuatl Iztac, “blanco" y Cihuatl, ”mujer”, lo que en conjunto significa “mujer blanca”. Esto es porque el contorno de la cima de la montaña nevada se asemeja a la silueta de una mujer recostada y cubierta con un manto blanco.

También se le denomina coloquialmente como “La mujer dormida”. El volcán Iztaccíhuatl se encuentra al norte del Popocatépetl, con el que está conectado por un puerto montañoso a 3,600 metros de altura sobre el nivel del mar, llamado Paso de Cortés.

El Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl Zoquiapan es una de las áreas protegidas más antiguas de México. Cubre una superficie de 398.2 km² y alberga a los dos volcanes que llevan su nombre, además de importantes paisajes naturales. La figura de la “mujer blanca” se divide en tres partes, “el pecho”, la “cabeza” y por último “los pies”.

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Características del volcán

El volcán cuenta con una serie de conos alineados a lo largo de la estructura, cuya denominación se combina con la apreciación cultural. La figura de la “mujer blanca” se divide en tres partes, donde el punto más alto del volcán se localiza sobre “el pecho” de la figura, seguido de la “cabeza” con 5,146 m al norte y por último “los pies” con 4,703 m al sur.

Es un volcán poligénetico de gran antigüedad, la cual se calcula al Terciario medio. Según los estudios, la parte de “los pies” fue la primera en formarse hace aproximadamente 1.7 millones de años y la última fue “la cabeza” a la mitad del Pleistoceno. Su actividad explosiva nunca ha sido vista por el ser humano. Las áreas que rodean la chimenea de la cumbre están cubiertas por flujos de toba volcánica, producto de erupciones suscitadas hace aproximadamente 11,000 años. Es decir, desde el Holoceno no ha producido erupción.

Derivado de ello, los pobladores lo referían como un edificio volcánico inactivo. Sin embargo, en el siglo XIX una exhalación de gases alertó a los pobladores de ciudades aledañas. El Iztaccíhuatl se encuentra en la lista de los volcanes activos de México, según el Instituto de Geofísica de la UNAM.

Glaciares en peligro

Existe poca cobertura sobre el tema de los glaciares mexicanos. Algunos de los más importantes son, o eran, aquellos que adornaban a los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba. Especialistas de la UNAM, UAM y del Centro Nacional de Prevención de Desastres, explican que los glaciares son recursos naturales frágiles que sufren graves deterioros ante fenómenos de gran magnitud como el cambio climático global. Y eso es precisamente lo que sucede ahora, sumando condicionamientos climáticos locales y variaciones climáticas como el fenómeno de El Niño. Los expertos determinaron que en los últimos 15 años solo quedan glaciares en el Pico de Orizaba e Iztaccíhuatl, pues “Don Goyo” contiene masas de hielo que ya no logran definirse como glaciares. Los glaciares del Iztaccíhuatl han sufrido graves deterioros por el cambio climático global.

En el año 1999 se midieron los glaciares de “La mujer dormida”, donde se registró un promedio de 70 m de profundidad. Para 2004, esta cifra descendió a 40 m. Esta situación va más allá de cuestiones paisajísticas. El volumen de agua que bajaba desde el Popocatépetl al Iztaccíhuatl y que era concentrado en cinco sistemas de captación, disminuyó más del 45 por ciento, afectando a las comunidades que dependen de este recurso para sus necesidades básicas. Además, la pérdida de glaciares provoca cambios poco favorables en los ecosistemas naturales cercanos, lo que conlleva a una larga cadena de reacciones de importancia ecológica.

El doctor Hugo Delgado, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que los glaciares deben tener condiciones climáticas favorables para mantenerse o crecer, pues de lo contrario retroceden o se desvanecen.

Importancia cultural

Esta formación geológica tiene gran valor cultural al ser la protagonista de numerosas historias y leyendas de la princesa Iztaccíhuatl y de un supuesto idilio de los volcanes que se remonta a la época prehispánica. Por tal motivo, es considerada la montaña sagrada de los antiguos mexicanos. Alrededor de la montaña existen vestigios de distintos sitios arqueológicos.

Alrededor de la montaña existen vestigios de distintos sitios arqueológicos, siendo uno de ellos el más elevado de América del Norte. Se trata del sitio El Pecho que se ubica a 5,220 metros sobre el nivel del mar, muy próximo al punto más alto. En la cima se han hallado piezas del Posclásico (1350 - 1521 d. C.) de enorme valor cultural, siendo los instrumentos musicales, las vasijas de cerámica, fragmentos de obsidiana y elementos que empleaban en sus rituales a Tláloc, dios azteca de la lluvia y del relámpago, los más preciados. Muchas de estas piezas se exhiben en la sala Tolteca del Museo Nacional de Antropología.

Por si fuera poco, en el Iztaccíhuatl también se descubrieron múltiples estructuras de forma rectangular alineados a los movimientos del Sol. Probablemente, fue una contribución por parte de sacerdotes-astrónomos en su inquietud por entender el cosmos y el paso del tiempo. Asimismo, en el interior de un estanque en Nahualac, un sitio en las faldas del volcán, existe un adoratorio rectangular de 1,000 años de antigüedad. La historia religiosa y cultural que se resguarda en los 35 sitios de culto, más los innumerables objetos encontrados, y los que quizá no han sido descubiertos, convierten al Iztaccíhuatl en una de las montañas con más riqueza arqueológica de México. Algunos de esos sitios de culto aún continúan en funcionamiento.

Ante este panorama tan enriquecedor, los arqueólogos señalan que toda la montaña es como un solo sitio arqueológico. Este volcán es visible durante gran parte del año desde la Ciudad de México a unos 70 km al noroeste, especialmente cuando las condiciones atmosféricas son favorables.

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Daniel
Está al sureste de la ciudad de México
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