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La Pintura de Rufino Tamayo

Por Equipo de redacción. 15 diciembre 2022
La Pintura de Rufino Tamayo

El estilo de un pintor que triunfó a contracorriente y que heredó a sus paisanos lo mejor de la pintura mexicana del siglo XX En una época en la cual el país proyectaba la mirada hacia el muralismo, Rufino Tamayo fue fiel a sus principios y deseos, diferenciando su arte en fondo y forma.

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Índice

  1. El arte por el arte
  2. Innovación de la pintura Mexicana
  3. Museos donde ver a Rufino Tamayo
  4. Influencias de Rufino Tamayo
  5. Tlaxiaco
  6. Muerte de Rufino Tamayo

El arte por el arte

Rufino Tamayo nació un 25 de agosto de 1899 en Tlaxiaco, Oaxaca y quedó huérfano de madre a los 11 años de edad. Permaneció un tiempo al cuidado de su tía ya que su padre lo abandonó cuando todavía era un niño pequeño. En la Ciudad de México se dedicó al comercio de frutas para ayudar al sustento familiar, pero rompió los lazos cuando manifestó sus deseos de convertirse en pintor. Sin saber que un día estaría junto a los grandes de la pintura contemporánea internacional, Rufino ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, recinto en donde aprendió las bases del arte. Sin embargo, el estilo del academicismo clásico no permeó en su profunda sensibilidad artística. En 1921 se convirtió en titular del Departamento de Dibujo Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, hecho que le hizo reafirmar su vocación.

La Pintura de Rufino Tamayo - El arte por el arte

Innovación de la pintura Mexicana

A partir de entonces, nacería un estilo que iba a romper los moldes de la pintura mexicana. El arte de Rufino Tamayo es a menudo descrito como brillante, evocador y contrastante. Contrastante en un sentido claro, pues durante la primera mitad del siglo XX no había movimiento artístico más apabullante que el muralismo con sus indígenas de bronce, que intentaba educar una sociedad posrevolucionaria hacia un futuro de modernidad equiparable a la de Europa y al mismo tiempo enaltecer la cultura de la mexicanidad. Tamayo no siguió esa dirección. Era un hombre sutil, de ideologías claras, sí, pero personales. Carecía de una intención adoctrinadora. En sus pinturas no hay significados escondidos, no existen tendencias moralizadoras. Lo que se ve es lo que hay. Es directo pero no obvio. Por eso se le considera miembro de la Generación de la Ruptura, junto con otros artistas mexicanos y extranjeros que iban a contracorriente. No obstante, excepciones existen y realizó algunos trabajos de muralismo, como la obra Revolución, de 1938, fijada con una técnica al fresco usando una paleta de ocres, marrones, grises, blancos y negros.

Museos donde ver a Rufino Tamayo

Se encuentra en el Museo Nacional de las Culturas y representa la rebelión de los obreros y los campesinos contra la burguesía denigrante. La llamada de la Revolución (1935) es un sugestivo fresco que usa la metáfora para ensalzar los orígenes del movimiento armado de 1910. Increíblemente bello resulta el mural Dualidad (1964) que ilustra a los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, la noche y el día, la serpiente y el jaguar, las deidades que originaron el mundo según la cosmogonía azteca. En esta obra, Tamayo se aventura hacia los límites del color, usando azules y rosas pocas veces vistos en sus pinturas anteriores. Sus obras tienen un lenguaje propio y característico. Era un maestro en el uso del color y la textura. Sus obras vibran por la aplicación de los rojos, los naranjas y los ocres, haciendo de éstos casi una marca personal. Las pinceladas son visibles pero no enturbian el trabajo final. Fue creador y practicante de la mixografía, una técnica de impresión en el papel a la que añadía capas de distintas sustancias y materiales, añadiendo profundidad y textura. Durante un tiempo se le acusó de poco mexicano, pues se había marchado a Nueva York para seguir su propia línea artística.

Influencias de Rufino Tamayo

Si bien las obras de Paul Cézanne y de Picasso ejercieron una tenue influencia en su estilo, Tamayo supo descomponer las estructuras de sus gustos y transfigurarlas hacia sus dedos. Ahí montó su primera exhibición, y los críticos reconocieron a un pintor que se diferenciaba de muchos de sus contemporáneos mexicanos; esto le brindó proyección internacional. En el extranjero, no había artista más mexicano que él. Las formas y figuras plasmadas contienen temas que claramente evocan su cultura de origen. Los rostros morenos, los objetos típicos y las escenas provincianas son temas comunes en sus cuadros. Muestran una cotidianidad mexicana: los perros, las sandías, los pueblos y las personas, los cielos, las estrellas, la luna y el sol

No son formas perfectamente simétricas pues no buscaba la perfección del dibujo. Los animales son elementos simbólicos que aportan humor y expresión. La perspectiva visual muchas veces no corresponde a la realidad. Puede agrandar algunas partes y reducir otras, así como diluir unas con ayuda del color. Las expresiones humanas pueden ser más teatrales y grotescas que etéreas. En sus principios como artista, Tamayo se abocó a los bodegones y escenas cotidianas, pero hacia sus etapas finales como ser humano, pues nunca dejó de ser artista, se aprecia un atisbo de abstracción.

Tlaxiaco

Oficialmente Heroica Ciudad de Tlaxiaco, es una ciudad localizada en el estado mexicano de Oaxaca. En náhuatl, Tlaxiaco significa “lugar en donde llueve en la cancha del juego de pelota”. Posee un convento dominico que data de 1458 y los museos de San Miguel del Progreso y Santa María Cuquila.

Muerte de Rufino Tamayo

Al morir en 1991, Rufino Tamayo dejó 1,600 óleos, 400 retratos y 21 murales. Sus obras se han expuesto junto a las de Marc Chagall, Henri Matisse y Joan Miró, convirtiendo su figura en una de las más importantes del arte pictórico mexicano.

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